Rutas de Supervivencia. De vinos por Madrid, Parte I.
«La cosa consiste en que saber de vinos parezca un logro similar a conocer al dedillo la fauna y flora de Costa Rica o la historia del tatuaje. Es decir, algo que no está mal, pero que no forma parte del pensamiento intelectual» Kingsley Amis, uno de mis escritores favoritos.
Madrid da la sensación de licuarse. Los perfiles de los edificios se redondean y se aplanan bajo el aplastante brillo del sol. El asfalto parece barro negruzco y pegajoso, arde pegajoso bajo los pies. Por la noche la temperatura apenas baja, y una pequeña vuelta a la manzana es un doloroso ejercicio. Hace calor.
Por si no se han dado cuenta, Madrid me encanta. La semana pasada estaba de visita y pillé una ola de calor. Para saber de que estoy hablando hay que vivirlo (me refiero a la ola de calor, es como estar en un horno). Treinta y siete grados a las once de la noche es devastador. Hay que hidratarse bien. El vino es, al menos, 80% agua. Busquemos algún sitio de avituallamiento.
Bares de vinos en Madrid.
Vides Vinoteca. Calle libertad 12, Chueca.
Chueca es uno de los mejores lugares para comer una tapa, buscar un restaurante de última generación o tomar un vino. El cambio en los últimos años ha sido brutal, y el esfuerzo por crear una zona de ocio donde puedes encontrar, desde la taberna más castiza hasta las tapas de diseño más vanguardista, ha sido recompensado con el éxito. Las calles bullían de gente de todas las edades, los bares y restaurantes estaban llenos y el ambiente era burbujeante alegría. Nuestro objetivo era Vides Vinoteca.
Entramos en el bar, y al instante nos atendió uno de los camareros. Nos acompaño a una mesa corrida alta, con asientos altos, y nos trajo tres copas de vino vacías. Nos preguntó que queríamos y le respondimos que tres vinos blancos, distintos, y que eligiera él. Nos trajo tres botellas, nos explico los vinos y nos dejó disfrutarlos. Al rato pedimos unas tapas y tres vinos tintos. Trajeron las botellas y nos explicaron los vinos. Alguno de ellos fue una agradable sorpresa.
Pero lo mejor de todo, con diferencia, fue la atención de los camareros, cercanos, amables y profesionales. Estuvimos un rato hablando de vinos, del bar, del conocimiento necesario para poder aconsejar. En un momento de la conversación salió el nombre del blog y ¡resulta que lo conocían! Pasamos un rato muy agradable. Antes de irme les pregunte su nombre, les felicite por su trabajo, y les pregunte sus nombres. Gracias Laura, Paul e Ismael por compartir vuestro tiempo con nosotros. Fue un trabajo bien hecho. Hacen falta muchos profesionales como vosotros, sin pretensiones, capaces de acercar un producto tan delicado como el vino a todos los clientes. Enhorabuena. No dejen de ir.
Restaurante Angelita, Calle de la Reina 4.
Restaurante un poco más formal, donde se va a comer o tomar unas tapas gastronómicas. La carta de vinos es muy buena, pero donde se puede disfrutar de verdad es de los vinos por copas, algunos de ellos servidos con coravin. Es verdad que nosotros conocemos al sumiller y, aunque ese día libraba, solo pronunciar su nombre todos los vinos se pusieron a nuestra disposición. El servicio es espectacular, muy profesional. El conocimiento sobre vinos de los camareros es muy alto. Muy recomendable.
Lavinia, Calle José Ortega y Gasset 16.
Impresionante tienda de vinos en una de las principales calles de Madrid. Es poco probable encontrar un lugar donde la oferta sea superior, puede encontrar de todo. Es muy destacable la selección de Champagne, y de vinos de denominaciones menos conocidas pero muy interesantes. Tienen una amplia carta de vinos por copas y los camareros son todos sumilleres profesionales, entrenados para aconsejar y solventar todas las dudas. También tienen una maquina donde se pueden degustar vinos por copas, en pequeña cantidad. Si quiere llevarse un vino y no está seguro puede, por poco dinero, probarlo antes. Al entrar en Lavinia sientes lo mismo que un niño cuando entra en una tienda de chuches. Imprescindible.
La Caníbal, Calle de Argumosa 28.
Justo al lado del museo Reina Sofía, por el lado de la ampliación que hizo al edificio Jean Nouvel, encontramos esta moderna taberna urbana, en el divertido barrio de Lavapiés. Han recuperado la tradición de servir los vinos de grifo. Sin embargo, todos los vinos que sirven son naturales o biodinámicos, envasados en este formato especial exclusivamente para ellos. También tienen una buena selección de vinos por botellas y de cervezas artesanas. Va en camino de convertirse en un clásico de la capital. Imprescindible.
La Fisna, Calle del Amparo 91.
En el barrio de Lavapiés, a menos de diez minutos andando de nuestra anterior recomendación. La Fisna es uno de esos grandes descubrimientos. La selección de vinos es estupenda, los consejos apropiados y el precio ajustado. Muy popular, casi siempre está lleno. Los encargados entienden, y están encantados de aportar sus conocimientos para adaptarlos a tu gusto. La selección por copas no tiene fondo, ofreciendo unas 60 referencias.
Funciona también como tienda, y te puedes llevar una buena botella para casa.
La Venencia, Calle de Echagaray 7.
Local emblemático de Madrid, abrió sus puertas en 1922. Es un poco pequeño y, como siempre está de bote en bote, algo incómodo. Es recomendable ir antes de las 7, para encontrar un huequito y quedarse allí. Solo sirven vinos de Jerez. Las tapas son también de inspiración jerezana. La taberna es auténtica y con el sabor de lo antiguo. No se pueden hacer fotos dentro del local (de hecho los dueños se enfadan mucho). Imprescindible.
El Marginal, Calle Ibiza 35.
Los chicos de Alma Vinos abren un bar siguiendo su pasión, el vino. Sabiendo como trabajan y los vinos que distribuyen, no es arriesgado conjeturar que será un éxito. Abrieron el martes pasado, así que no estaba en Madrid. Será el primer bar que visite cuando vuelva a la capital. Mucha suerte amigos, aunque conociendo vuestra profesionalidad estáis condenados al éxito.
En Madrid hay muy buenos sitios para tomas vinos, pero hay que conocerlos. Espero que la primera parte de mi lista de bares recomendados les pueda ayudar si van por un fin de semana. Deben visitar los museos, sin duda pertenecen a la nobleza de los mejores, pasearse por el barrio de las letras y el Madrid de los Austrias y, por la noche, dejarse caer por Chueca. El ambiente, la sensación real de alegría, los locales abarrotados, la gente en la calle charlando con tranquilidad, generan una genuina sensación de relax, de estar en el lugar adecuado. En un solo fin de semana puedes entender aquello de “de Madrid al cielo”.
TERROARISTA