Duero Wine International Fest. Una crónica (desde dentro).
«El velo de flor no fue buscado, nos lo encontramos. Algunas veces crece y otras no. Cuando crece protege el vino y nosotros lo respetamos», una frase de Raul Pérez durante su ponencia.
Respiro hondo. Dejo salir el aire de golpe, casi en forma de grito, y me dispongo para salir al escenario. Es mi forma de quitarme los nervios. Dicen mi nombre, salgo de entre las cortinas del telón, miro algo amedrentado a los asistentes que casi llenan la sala, me dirijo al presentador y escucho las preguntas, las mismas que han hecho a todos mis compañeros. No voy a contestar.
Hace unos meses recibí un correo que me lleno de emoción; me invitaban a participar como ponente en el congreso Duero International Wine Fest. El congreso iba a tener lugar en mi ciudad, Cold Town. No podía estar más feliz. La organización había decidido invitar a 8 grandes sumilleres de la comunidad a presentar sus vinos favoritos de Castilla y León. Por motivos difíciles de explicar, yo les acompañaba como noveno invitado. Nos dijeron que teníamos cuatro minutos para explicarnos. Dias antes había elegido mi vino y, como un profesional, me había cronometrado delante del espejo para decir todo lo que quería decir en tan corto espacio de tiempo.
El día ha llegado. El congreso ha empezado con figuras de primer nivel nacional e internacional. Muy interesante (un poco más abajo escribo sobre todo lo que ha pasado hoy y va a pasar mañana). Yo voy a todas las ponencias que puedo mientras echo una mano a abrir las botellas de las Catas Magistrales (realmente no me necesitan pero da gusto estar con los compañeros comentando que es lo que se va a degustar). Por fin llega nuestro momento. Nos reunimos todos los sumilleres; casi todos son amigos, auténticos estandartes de la profesión. Cogemos nuestros vinos y uno a uno vamos saliendo al escenario. El presentador hace a todos las mismas dos preguntas: ¿por qué has elegido este vino? ¿con qué lo maridarías?
Mis compañeros responden con solvencia y profesionalidad. Como les he dicho antes, yo no voy a hacerlo.
Llego hasta el presentador. Me hace las dos preguntas. Yo respondo
Terroa- Hola a todos. Perdone pero no me he enterado de lo que había que hacer. Cuando recibí el correo entendí que tenía cuatro minutos para presentar el vino escogido y me he cronometrado. Tengo tres historias que contar, ¿puedo?
El buen hombre me dice que sí, que por supuesto. Cojo el micro y empiezo hablar.
Terroa- Hola, la primera historia es una historia de amor, la de un joven viticultor que hace 25 años planto una viña y puso a la parcela el nombre de su novia. La segunda es lo sobre lo que ha ocurrido en esos 25 años y algunos antes, cuando nuestro joven héroe llevaba las uvas a la cooperativa y de como no le gustaba lo que hacían con sus uvas y de su decisión de abrir una bodega. Una bodega pequeña, solo para cumplir un sueño, el de hacer vino. Mientras cuidaba de sus viñas seguía con su trabajo de panadero. Pronto todos los amantes del vino escuchamos el rumor de que había un panadero obsesionado con sus viñas que hacía un vino excepcional. En el año 2013 estalló la bomba. Un vino del panadero fue puntuado por Robert Parker como uno de los dos mejores de Ribera del Duero, por delante de vinos mucho más caros y prestigiosos. De panadero de pueblo a icono mundial de un día para otro. La tercera historia es sobre su tierra, mi tierra, la Ribera del Duero. La Ribera del Duero existe por el apego de ciertas personas a sus viñedos y a la existencia de las cooperativas. El gran enemigo del viñedo es el cereal, letal para las viñas. Sin las cooperativas y sin el afecto al viñedo, hubiera desaparecido. Esta tierra extrema, de no tan larga historia, es conocida por sus vinos potentes y estructurados. Para mi siempre dejan una firma, y es el aroma de la tierra al caminar por ella; el vino de aquí huela a la tierra de la que viene. Nuestro elaborador quería, respetando el origen de donde vienen las uvas, hacer un vino con menos taninos, más suave pero igual de complejo, más elegante, no olviden que es un regalo. Utilizando la imaginación y la experiencia ha inventado algo. Cuando salgan y prueben este vino, recuerden que beben historia; la de una región, la de una persona, la de un regalo. El vino se llama Finca Doña Len (por Leonor) la esposa de Alberto Casajús, en Quintana del Pidio, sino el corazón sí el alma de la Ribera. Honestamente, creo que es algo nuevo y marca un nuevo perfil en la Ribera del Duero, quizá en la copa también haya algo de ese futuro. Algún día, se sentirán afortunados de haber tenido la oportunidad de haber catado el primer vino elaborado. Solo se hacen 2000 botellas (no estoy equivocado aunque en la botella ponga 3000, el error no es mío).
El discurso duraba 3 minutos 56 segundos. Estoy nervioso así que hablo muy rápido. En tres minutos acabo. Salimos y podemos disfrutar de todos los vinos. He traído descorchador, así que me quedo con los camareros abriendo botellas y ofreciendo vinos a todos los asistentes. Muchas gracias a todos por venir.
Mis compañeros y sus vinos:
- Noemí Martinez, del restaurante El Trigo. Vino Dominio del Pidio Blanco, variedad albillo. Bodegas Cillar de Silos.
- Diego Muñoz, restaurante La Lobita. Vino Le Rosé, Bodegas Antídoto.
- Marcelino Calvo, del restaurante El Ermitaño. Vino Dorado de Alberto, Bodegas de Alberto.
- Diego Gonzalez, restaurante Cobo Vintage. Vino Temido, de Bodegas Sabinares.
- Óscar Hernando, restaurante Maracaibo, también elabora el vino. Vino Evolet Vivencias de Bodegas Palo El Almendro.
- Juan Antonio Herrero, Lavinia. Vino Gran Selección Gran Reserva 2011, de Bodegas Hermanos Pérez Pascuas.
- Iván del Pozo, restaurante Baluarte. Vino Dominio de Atauta 2015, Bodegas Dominio de Atauta.
- Terroarista, un restaurante familiar. Vino, Finca Doña Len de Bodegas J.A. Casajús.
Dos días en un congreso de vino. Duero Wine International Fest. Una crónica.
El programa es bastante apretado e intentar acudir a todas las ponencias y hacer a la vez de anfitrión va a ser un reto, aunque es una oportunidad increíble ver un congreso de esta categoría desde sus entrañas. Un grupo de profesionales de La Asociación de Sumilleres de Burgos es la encargada de abrir todas las botellas y catarlas para asegurarse de que estén todas correctas antes de empezar las catas magistrales. El grupo está dirigido por Pilar Cruces, compañera de la asociación y gran amiga (enhorabuena por tu trabajo); yo llevo mi descorchador y hago como que hago algo mientras todo el trabajo lo hacen mis compañeros. Como saben tenía una ponencia de 4 minutos (3.56), con los mejores sumilleres de Castilla y León presentando nuestros vinos favoritos. Como ven, complicado llegar a todo. Este es mi resumen, con sus inevitables lagunas. Empezamos por el viernes.
Ferran Centelles, uno de los grandes sumilleres del país, ha presentado el primer tomo de la Bullipedia Bebidas. El sueño de los creadores es abarcar todo el conocimiento actual sobre todas las bebidas existentes. La charla, como todas las de Ferran, ha sido divertida, amena y divulgativa. Por la tarde da una cata magnífica de los vinos favoritos de Jancis Robinson de Castilla y León. Profesionalidad y elegancia para uno de los platos fuertes del programa.
El Master of Wine (titulo inglés muy prestigioso) Fernando Mora y la periodista Amaya Cervera hicieron una brillante exposición contextualizando el río Duero en el panorama internacional en comparación con otros ríos vitícolas y cuál es su verdadero potencial en el mundo. Es un río de vino con prestigio mundial.
El momento más emocionante del día fue cuando el Presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, homenajeó a los pioneros del vino de Castilla y León Hoy todos son famosos elaboradores, algunos icónicos en el mundo entero, pero cuando empezaron eran solo emprendedores con un puñado de cepas y un montón de trabajo, con el sueño absurdo de triunfar vendiendo vino. Los soñadores de entonces y los protagonistas de hoy son: Alejandro Fernández, Hermanos Pérez Pascuas, Manuel Fariña, Jesús Yllera, Ignacio Martín, Luis Hurtado, José Luis Villar, José Luis Prada, Pablo Álvarez, Edmundo Bayón, Pilar Pérez y Carmen San Martín.
En mi corazón, la mejor cata ha sido la de Raul Perez, elaborador de vinos en el Bierzo. Su mirada siempre original, la brillantez de la exposición y la humildad genuina son los atributos de uno de los enólogos más prestigiosos dentro y fuera de nuestras fronteras. Degustar sus creaciones siguiendo sus explicaciones nos hacen andar por el viñedo, y entender la esencia de lo qué es y significa la vocación sin límites de elaborar un vino destilando la esencia de la tierra, sin ningún artificio. Un público en éxtasis aplaudía y se rendía al encanto de una persona tocada con la magia del genio. Gracias por brindarnos la oportunidad de vivir un momento tan excepcional.
Yo acabo de actuar. Subir al escenario, en tu propia ciudad, para hablar de un vino de aquí, rodeado de otros compañeros es algo estresante, esos nervios traidores, pero divertido. No te puedes sentir más protegido que cuando estás rodeado de buenos amigos. Estamos saliendo y, tal y como hemos prometido, todos los asistentes están invitados a degustar los vinos presentados. Yo tengo mi descorchador. Empiezo a abrir botellas y a servir a los asistentes. Mientras atiendo lo mejor que sé a los invitados el resto de compañeros ha corrido para llegar a la cata de Luis Gutierrez. Yo no voy, así que no puedo decir que tal ha estado.
Aquí, teóricamente, termina el programa del día. Los más inteligentes van a sus casas u hoteles a descansar, mañana sigue el congreso. Pero yo soy el anfitrión, y mis colegas de fuera no quieren irse a casa. Son de esas personas a las que no les gusta pasar sed. Voy a llegar un poco tarde a casa, lo preveo. Mañana no voy a madrugar, por lo cual no podré ir a todas las ponencias. Este escrito va a tener inevitables lagunas.
El sábado hubrá conferencias indispensables, como la de José Vouillamoz, sobre las variedades de uvas del Duero, su origen y su parentesco. O la de Markus Del Monego, Master of Wine y Mejor Sumiller del Mundo 1998, sobre los vinos Castellano Leoneses en el mercado europeo. Los ponentes extranjeros siempre me parecen profesionales y muy bien preparados.
La última cata magistral será conducida por mi amigo Paco Berciano e impartida por José Antonio Rubio y Félix Cabello. El trabajo desarrollado por estos dos maestros en las últimas décadas ha sido identificar variedades minoritarias, casi desaparecidas. Con algunas de ellas, las que parece que pueden tener más potencial para elaborar vinos de calidad, han hecho vino. Las vinificaciones han sido muy pequeñas, de apenas unas decenas de litros. Y eso es lo que vamos a probar mañana (al final llegaré, no tengan pena) uvas casi extintas de las pocas botellas que existen. Paco abrirá la cata con la inspirada frase-”hoy no vamos a catar vinos, vamos a catar sueños”. Quizá alguna de estas variedades sirva, algún día, para elaborar alguno de los grandes vinos del Duero. Quizá ese sea el sueño que anima a estos incansables trabajadores. Será, en mi recuerdo, una de las catas más originales e inspiradoras a las que haya acudido nunca. Mañana, todos los asistentes compartirán el mismo sentimiento. Con esta sensación de felicidad no fingida llegará el final del congreso. Todo el mundo volverá a su casa y a sus asuntos, cansados y algo tristes, el tiempo habrá pasado demasiado rápido.
Hay otros acontecimientos en una ciudad dedicada, esa semana en especial, al vino. Tres lugares históricos, El Teatro Principal, El Consulado del Mar y el Museo de Burgos han sido transformados en preciosos emplazamientos dispensadores de vino. Se han llenado de bodegas donde podemos degustar vinos de toda Castilla y León, agrupados por denominaciones de origen. Degustar vino de mano de sus elaboradores monumentos singulares tan emblemáticos es una experiencia única.
En el mismo edificio del Fórum donde se desarrollaba el congreso, podemos ver la magnífica exposición fotográfica de Enrique del Rivero, conocido y querido artista local. Las fotografías muestran la relación del vino con el arte y el paisaje. Las uvas y las parras forman parte de la iconografía cristiana desde sus orígenes y son descubiertas en detalle por el ojo certero del artista. Extraordinaria.
TERROARISTA