Gramona, el corazón del Penedés.

«Encontrar lombrices en mi viñedo me hace feliz. Las cojo con mucho cuidado y me hago una foto con ellas». Jaume Gramona.

Siempre que visito el Penedés siento que así debía ser el Paraíso. En un cuidado jardín, las viñas se alejan tranquilas en las ondulantes laderas, custodiadas por pueblecitos de cuento. Al fondo, la inmensa mole de Monserrat proyecta su sombra mística de tradición y leyenda. El clima suele ser muy agradable, incitando al visitante a descubrir sin prisa su inagotable belleza. Entre sus tesoros se encuentran los vinos espumosos, alguno de ellos transita en la élite mundial.

He tenido la suerte de recibir una invitación para celebrar el centenario de una bodega mítica, Gramona. Mi amigo Toni Pérez (más conocido en el mundillo del wine bussines como Toni Gramona) ha tenido la amabilidad de pensar en mi y considerarme un amigo de la casa. He hecho la maleta, he cogido el tren y he puesto rumbo al Edén.

Pero antes de continuar, debemos aclarar que Gramona no elabora cavas, sino vinos espumosos de calidad. No hace mucho, en enero de 2019, un grupo de bodegas decidió abandonar la denominación Cava y vender sus botellas bajo la marca colectiva Corpinnat. Gramona fue una ellas.

La denominación Cava.

La denominación de origen Cava posee una característica que posiblemente sea única en el mundo, no está circunscrita a una zona geográfica concreta de producción. Las denominaciones de origen tienen sentido porque los productos procedentes de la zona delimitada y amparada, deben sus características y su calidad al lugar de donde provienen. No es el caso de la DO Cava.

Hagamos un poco de historia. Los inventores de del método más extendido para conseguir burbujas en el vino fueron los habitantes de Champagne. Consiste en provocar una segunda fermentación en la botella sin dejar salir el CO2. Durante décadas, en las etiquetas de los espumosos españoles, y del resto del mundo, aparecía la palabra Champagne. Esa es la razón por la cual, todavía hoy en día, decimos Champagne cuando nos referimos a un espumoso. Los franceses, muy protectores de sus productos, litigaron y obligaron a quitar la palabra “Champagne” de la etiqueta de cualquier producto, en especial de los vinos espumosos elaborados fuera de la zona de Champagne. A partir de este momento, principios de los años 60, empieza a aparecer la mención Cava en las botellas de los espumosos españoles, como referencia a la estancia de las botellas en una gruta o cueva subterránea (cava en catalán significa cueva), donde hacían la crianza. A mediados de los 80, con motivo de nuestra entrada en la entonces Comunidad Económica Europea, se reguló de forma definitiva la DO Cava, cuyo ámbito de producción serían los términos municipales donde de forma tradicional se elaboraba vinos espumosos por el método de segunda fermentación en botella, principalmente en la Depresión del río Ebro. Incluye La Rioja, El País Vasco, Navarra, Aragón y las cuatro provincias de Cataluña. Existe alguna excepción curiosa. Las bodegas que, en el momento de instituir la denominación, estuvieran elaborando Cava, podrían seguir haciéndolo. Un ejemplo lo tenemos en Finca Torremilanos, que elabora Cava en la provincia de Burgos, y sigue perteneciendo a la DO. Sin embargo, el resto del bodegas del municipio, no puede elaborar vinos espumosos amparados por la DO Cava.

Sin embargo, la ley no satisfizo a todos. En dos municipios, Almendralejo en Badajoz y Requena en Valencia, existían bodegas elaboradoras de Cava. En concreto había una bodega en Almendralejo, Industrias Vinícolas del Oeste, fundada en 1983. En Requena la situación era muy parecida; la primera bodega en elaborar cava fue Torreoria en 1982. Las bodegas elaboradoras podían seguir elaborando Cava, pero no el resto de las bodegas, como en el caso burgalés. Los dos municipios litigaron y, en última instancia, el Tribunal Supremo falló a su favor, permitiendo la elaboración de Cava a todas las bodegas ya existentes y las bodegas que tengan a bien abrir en el término municipal de Almendralejo y Requena.

El fallo del Tribunal Supremo destruye la idea y el espíritu con el que nacieron las denominaciones de origen, y solo sirve para incrementar la confusión a la hora de elegir. La palabra “cava” pierde en realidad su contexto de procedencia, y significa en realidad “vino espumoso con segunda fermentación en botella”, igual que otros miles en el mundo. Pero todavía hay más. La ley permite el transito de uvas, vino base y botellas en punta (justo después del removido y antes del degüelle) en todo el territorio amparado por la denominación. En la práctica, vino a granel o embotellado puede viajar de Cataluña a Extremadura para ser etiquetado en Almendralejo, o a la inversa. Esto no es algo que pueda ocurrir, es algo que ocurre de forma habitual. Literalmente, es imposible saber de donde proceden las uvas del vino que estamos bebiendo.

Hay que destacar que el prestigio de la denominación es fruto del esfuerzo de los elaboradores catalanes (obviamente no quiero decir que el resto de productores de cava sean malos, solo dejar claro que el posicionamiento nacional e internacional, conseguido a lo largo de décadas de trabajo duro, como un producto de gran calidad, es un logro de los elaboradores históricos, la mayoría de ellos catalanes). Creo que sin ninguna duda se puede afirmar que los mejores espumosos españoles vienen del Penedés. Hagamos un pequeño experimento: piensen en 10 marcas de Cava, ¿cuantas de ellas son de fuera de Cataluña?

Desde este punto de vista, es comprensible que un grupo de bodegas de mucho prestigio quiera poner en su etiqueta su lugar de procedencia. Para todos los que nos dedicamos al vino, uno de los puntos claves es la vinculación del producto con su origen. En noviembre de 2017 la Marca Colectiva Corpinnat es registrada en la Unión Europea, y es titularidad de la Associació de Viticultors i Elaboradors Corpinnat (AVEC).

Corpinnat.

La designación Copirnnat hace referencia al mensaje mismo que quiere transmitir; es la unión de cor (corazón) y del Pinnat que hace referencia al topónimo de Penedès. Incluye una clara alusión a la naturaleza, con la cual se sienten realmente implicados. Una traducción aproximada sería “en el mismo corazón natural del Penedès”. El conjunto del territorio abarca una superficie de 997 km2, e incluye la totalidad o una parte de las siguientes comarcas: Alt Penedès, Alt Camp, Baix Penedès, Tarragonès, Garraf, Baix Llobregat y Anoia.

Su principal objetivo es dignificar el origen del producto y a los viticultores. La normativa interna recoge los siguientes aspectos; cosecha manual 100% ecológica; vinificado integramente en la propiedad; un compromiso de calidad, dando largas crianzas a los vinos (18 meses, 30 meses y 60 meses); auditorías externas anuales, siguiendo un principio de autoexigencia aumentando el valor de toda la candena de producción; compromiso con el viticultor garantizando un precio mínimo por las uvas.

Las bodegas integrantes de Corpinnat son: Gramona, Recaredo, Nadal, Llopart, Sabaté y Coca, Torelló, Huguet de Can Feixes, Julia Bernet, Mas Candi, Pardas y Can Descregut. Sus vinos son algunos de los mejores espumosos del mundo.

El día del centenario.

No hay más que visitar la bodega y los viñedos de Gramona para entender la implicación real de la familia con el entorno en el que viven. Todos los viñedos se gestionan siguiendo la filosofía biodinámica, una forma de entender la explotación agraria como un organismo donde conviven hombres, animales y plantas. Utilizan caballos para el trabajo de campo, cuidan de la fauna autóctona proporcionando alojamiento a murcielagos y aves de presa. Las viñas son preciosas, sanas y vigorosas. La biodinámica tiene adeptos y detractores (yo he de confesarme un excéptico) pero no hay más que visitar Gramona y ver que tiene algo, todo fluye, todos trabajan para un objetivo común. Te hace creer que el conjunto de los organismos de la granja, desde los más pequeños microbios hasta los trabajadores, son felices de estar ahí.

La celebración del centenario fue el acontecimiento vitícola del año. En improvisadas mesas frabricadas con fardos de paja, prestigiosos elaboradores de vino daban a probar sus creaciones a los invitados. Más o menos cada hora la organización había programado catas muy interesantes con vinos casi imposibles de encontrar. Para envidia de todos los lectores, estuve en la cata de Krug en medio del campo, rodeado de viñedos. Alucinante. 

Tuvimos suerte con el clima, ni frío ni calor (increíblemente, el día anterior había nevado en abril, cosas del cambio climático). La mayoría de los invitados eran amigos o conocidos. El día pasó rápido y lento, esos momentos eternos que duran un instante, hasta el último autobus que nos llevó de vuelta a Barcelona. Muchas gracias Toni por un día tan memorable.

Corpinnat ha consiguido que la denominación Cava actue. La nueva regulación del Consejo Regulador prevé la existencia de subzonas dentro de la denominación, diferenciando el cava por su lugar de origen. Por fin sabremos de donde vienen las uvas y el vino que bebemos. Sin duda, buenas noticias para los consumidores. Y para los elaboradores del mágico líquido con burbujas.

TERROARISTA