El vino en la televisión. Implicaciones en la profesión de Sumiller.

«No he tenido reflejos para librarme del asunto. En una comida sin vino es difícil ser ingenioso». Corto Maltes, errático héroe de cómic, en Equatoria.

Por primera vez, por lo menos desde que yo recuerde, veo anuncios de vino en la televisión. La campaña, de título “Marida mejor tu vida con vino”, intenta aumentar el consumo de vinos, sobre todo intentando captar al público joven (entre 25 y 40 años, en contra del tradicional consumidor más mayor). El anuncio,  quizá algo ñoño y sensiblero (tendrá sus defensores y detractores), persigue incorporar el consumo de vino en cualquier situación de la vida cotidiana, llena de grandes momentos. La vida está llena de grandes momentos, muchos de ellos asociados a abrir buenas botellas de vino. La iniciativa parte de la Organización Interprofesional del Vino en España, organización cuyos objetivo principal es aumentar el consumo de vino en España, uno de los más bajos de Europa, sin olvidar a medio plazo aumentar la presencia del vino español en los mercados internacionales y aumentar su valor. La campaña a sido desarrollada por las agencias de publicidad El Ruso de Rocky y OMD. La campaña, planeada a largo plazo, cuenta con un presupuesto de 120 millones de euros hasta 2019.

¿Quién va a pagar todo este dinero? Esta previsto que cotice TODO el vino comercializado (granel, envasado, mercado doméstico, importaciones y exportaciones) y TODOS los operadores (propietarios de existencias o productores que no sean consumidores privados o minoristas). Las cuotas establecidas para cubrir la campaña se han establecido en dos cuotas, una para el granel y otra para el embotellado (0,065 y 0,23 euros/hectolitro respectivamente). El total de la cuota se determinara en función de los datos obtenidos a través del sistema de declaraciones. (Los últimos datos extraídos de la web de la organización).

El gran problema al que se han enfrentado las bebidas alcohólicas a la hora de anunciarse ha sido el endurecimiento progresivo de las leyes, que todavía no ha terminado, que limita el contenido. Para las bebidas de menos de 20 grados de alcohol está prohibida, entre otras, aquella que fomente en consumo inmoderado o asocie el consumo a la mejora del rendimiento físico, el éxito social o la salud. Para las bebidas de más de 20 grados la ley es todavía más dura. Es bastante frecuente que las empresas reciban multas cuantiosas por incumplir la normativa publicitaria.

El mayor enemigo del vino, así lo creen al menos la mayoría de los responsables de venta, es la cerveza. Los jóvenes adoran la dorada bebida burbujeante. Existen varias razones para ir ganando cuota de mercado cada año (es más barata que el vino, es más refrescante en un planeta en el cual el calentamiento es constante, etc) y quizá la más importante sea la ingente cantidad de dinero invertida en publicidad. Prácticamente no hay un evento al aire libre donde no haya cerveza. Conciertos, partidos de futbol, reuniones alrededor de una hoguera…pero donde más lo podemos notar es en la publicidad televisiva. Anuncios comerciales con presupuestos de películas, con actores consagrados, efectos especiales, directores y guionistas de prestigio; aparecen en cada partido de la Champions League, en cada competición deportiva en realidad, en los anuncios de los conciertos de verano, en las terrazas donde pasamos las vacaciones.

La cerveza, casi todas las marcas distribuidas, pertenecen a 6 grandes grupos cerveceros. En realidad, los grupos Mahou-San Miguel, Heineken y Danm controlan más del 75% del negocio, en una competencia feroz. La agresiva publicidad va dirigida a conservar los clientes y tratar de robar alguno a los otros grupos. Pero considerando toda la publicidad como publicidad del sector, indudablemente su cuota de mercado crece a expensas del vino.

La defensa histórica del sector vinícola era que no podían hacer frente a la agresiva publicidad de las cerveceras, al estar muy atomizado. En España hay algo menos de 5000 bodegas, no muchas para la extensión del viñedo (si comparamos con Francia que con menos viñedos tiene unas 35.000) pero demasiadas para coordinar una acción conjunta. La publicidad quedaba en anuncios, un tanto elitistas buscando un publico con mayor poder adquisitivo, de las bodegas con mayor volumen de venta y gran penetración en el mercado, sin poco impacto en el volumen de la sociedad. La batalla parecía completamente perdida.

Sin embargo las cosas parece que están cambiando. La campaña “Marida mejor tu vida con vino”, algo infantil en comparación con los anuncios de cerveza, tan enfocados y sugerentes con su público objetivo, al menos tiene la pretensión de ser nacional, busca un público menos rancio y va a prolongarse en el tiempo.

La pasada semana en el The H Club, la bodega Marqués de la Concordia Family Wines, hizo oficial su patrocinio, para los próximos tres años, de la selección absoluta de futbol, bajo el concepto “El Vino de España”. Una buena jugada que acerca, de forma directa, el producto al público.

La publicidad, asociando el vino a los momentos cotidianos de la vida, a entes que generan orgullo y ensalzan el valor de lo nuestro, como la selección de futbol, y otras campañas que sin duda aparecerán, aumentarán el interés del público por el vino. Si a ello unimos otros factores, como que el vino se esta poniendo de moda (o al menos a frenado el descenso vertiginoso de consumo, hasta estabilizarlo o incluso para presentar un mínimo repunte) y la salida de la crisis, al menos en algunos sectores más favorecidos, que permite dedicar a las familias más recursos al ocio, creo que podemos vaticinar buenos tiempos para el vino. Y esto genera la necesidad de profesionales expertos en vino.

El futuro de la profesión de sumiller.

En una reunión llena de copas de vino, lugar ideal donde terminan la mayoría de mis “ponencias”, uno de los asistentes planteo una pregunta muy interesante. La pregunta fue, ¿por qué no hay un especialista en vino en la sección de bodega de los grandes almacenes?

En ese momento yo estaba hablando sobre la importancia del servicio de sala y de la posibilidad de conseguir una ventaja competitiva sobre las empresas del mismo sector con una oferta de vinos diferente. Ofrecer y servir bien vino no es fácil, no es poner un vaso y dentro un vino, sino que requiere un amplio conocimiento y una cierta destreza, que solo se consigue con entrenamiento y preparación. Josep Roca afirma que el 60% del placer que experimenta un comensal en un restaurante depende directamente del servicio de sala; no puedo estar más de acuerdo. A día de hoy es difícilmente imaginable un gran restaurante sin un gran sumiller, y por extensión, sin un gran equipo de sala. Debemos tener en cuenta que no solo se vende vino en restaurantes, también en tiendas especializadas, supermercados, tiendas de productos exclusivos, etc. Pero aún hay más, hay que preparar a los futuros profesionales, lo que abre la puerta a formadores, divulgadores de vinos, escritores especializados, etc. Un detalle en el que la mayoría de los distribuidores y muchas bodegas no han caído, es la necesidad de verdaderos entendidos en el momento de ofrecer el producto, capaces de crear expectativas, contestar todas las preguntas y ayudar al posicionamiento de marca. Comerciales sin preparación, que venden igual vino que aspiradoras, entorpecen la introducción del vino y empeoran la imagen de la empresa. De verdad, ¿nadie se ha dado cuenta?

Los profesionales mejor preparados, a día de hoy, para cubrir todos estos puestos son los sumilleres. La profesión de sumiller no tiene paro, y la tendencia es a aumentar la demanda. Preparar sumilleres, ofrecer una profesión con futuro, dura pero con buenas salidas profesionales, ofrece grandes ventajas. Interesar a los jóvenes tendría un añadido más; serían los embajadores del vino, puesto que lo compartirían con amigos y familia, cada día, cada reunión, cada fiesta.

Nuestro país es eminentemente turístico, donde la comida de bares y restaurantes es referente mundial, y donde, por desgracia, existe una gran diferencia entre la cocina y la sala. La única forma de reducir la brecha es invertir en talento, que lo hay. Un ejemplo es Guillermo Cruz y el equipo que ha creado en Mugariz. A día de hoy, el maridaje del menú del restaurante tiene prestigio mundial (eso si no es directamente el mejor del planeta).

Conozco más ejemplos. En el último Campeonato de España de Sumilleres se proclamó campeón Jon Andoni Rementería, del restaurante Remenetxe de Muxika (Vizcaya), ejemplo de trabajo, constancia, estudio y talento. Reparte el tiempo entre el trabajo, la familia y su vocación por el vino, aprendiendo cada día. Cómo lo hace es un misterio, pero lleva años en la élite. El éxito conseguido premia su esfuerzo y demuestra la gran confianza de un gran profesional.

El segundo y el tercero también son amigos, Eduardo Camiña del Mugariz y Valentín Checa actualmente en un restaurante en Londres. Son jóvenes, talentosos, con un futuro prometedor. Representan la nueva hornada de profesionales y establecen unos estándares de trabajo altísimos. Representan el presente. Un abrazo a los tres.

Fotos de Eduardo Miguel, Eye Servicios

Anuncio, Marida mejor tu vida con vino.

TERROARISTA