Introducción a los vinos del Ródano parte II. El gran valle del sur.

 «Beber sin sed y hacer el amor todo el rato, solo esto nos distingue de las bestias» Pierre Augustin de Beaumarchais, famoso dramaturgo francés.

Avignon es famoso por una canción sobre un puente y por haber albergado a unos Papas díscolos que no querían respetar las decisiones del (infalible) Papa de Roma. En realidad la historia es un poco más compleja y a la vez sencilla. Los primeros siete Papas de Avignon eran en realidad los verdaderos herederos del trono de San Pedro. El cuartel general de la iglesia fue trasladado de Roma a Avignon por dos razones principales. El rey de Francia estaba muy enfadado con el Papa de Roma. El problema, por supuesto, era quien tenía el derecho a quedarse con la pasta recaudada por ciertos impuestos. Según el Papa Bonifacio VIII el clero estaba exento de pagar impuestos con excepción del propio Papado, mientras que Felipe IV creía poseer el derecho divino de exigir el pago pare si. El ambiente se fue caldeando. El Papa emitió varias bulas llegando a afirmar que “Dios nos ha situado sobre los reyes y los reinos”. El rey le acusó al Papa de sodomía, hechicería, herejía y simonía (preciosa palabra que viene a decir cambiar favores espirituales por bienes materiales, algo nuevo en la iglesia ¿no?). Una cosa llevó a la otra y las rencillas llegaron al campo de batalla. El Papa fue hecho prisionero y, aunque fue liberado en tres días, murió al poco tiempo de las heridas causadas por sus captores. El rey de Francia movió ficha y, en el siguiente concilio para la elección de Papa, puso a un obispo francés. Por aquel entonces ir a Roma era muy peligroso. Imagínense, la ciudad había llegado a tener un millón de habitantes en tiempo de los romanos y en aquellos momentos apenas llegaban a ochenta mil. Los habitantes vivían rodeados por las brumosas ruinas del antiguo esplendor imperial. Por lo tanto instaló la Residencia Papal en Aviñón. El tercero de estos obispos empezó la construcción de un colosal palacio, joya de la ciudad. El séptimo de estos Papas de Aviñón volvió a Roma, donde murió. Esto dio origen al Cisma de Occidente. Los italianos querían un Papa de allí y los franceses no estaban tan conformes. Por lo tanto existía un Papa en Roma y otro en Aviñón. Siempre la misma historia de la dinámica del poder; ambición, falta de escrúpulos, corrupción, intereses personales…todo sigue igual, nada ha cambiado.

La gran riqueza artística de la ciudad debe mucho a esta pequeña anécdota histórica. También la riqueza de sus vinos. La influencia en los viñedos de los Papas es tan grande que la denominación más prestigiosa del sur lleva el nombre de la residencia que solían utilizar, Châteauneuf du Pape. A día de hoy una de las fincas que planto uno de ellos, Juan XXII, sigue produciendo vinos, “Clos du Papes”.

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En cuanto al puente…bueno, yo aprendí francés en el colegio, nací en tiempos de Franco y el inglés no se estudiaba, por eso sé la canción. Es bastante antigua aunque la versión moderna es conocida por que fue incluida en una opereta de éxito internacional. La canción esta compuesta de varias estrofas que repiten más o menos lo mismo:

Sur le pont d´Avignon on y dance on y dance

(sobre el puente de Aviñón se baila se baila), etc.

El puente es patrimonio de la humanidad y esta roto. Una riada del gran río se llevó por delante una parte y no sirve para ir de una orilla a otra. Hoy es parte del atractivo turístico de la ciudad, hay que pagar para subir y visitar la pequeña ermita que esta construida en el puente y que servía para custodiar la entrada de la ciudad. Y para poder bailar sobre.

Añadir una última curiosidad. La canción original decía “sus” mucho más parecido a “sous” (bajo) que a “sur” (sobre) y mucho más cercano a la realidad histórica. Debajo del puente se celebraban fiestas populares donde se bailaba y bebía. Si va a Aviñón baile un poco debajo del puente, es parte de la visita que todo el mundo hace.

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Découvertes en Vallée du Rhône. El Sur.

Découvertes en Vallée du Rhône es el salón de vinos del Ródano. Este año todo esta centralizado en el gran Palacio Papal. Dos salas principales, con los elaboradores y las zonas de degustación libres, y otras estancias más pequeñas para las acreditaciones, la sala de prensa, las clases magistrales, etc. Todo está perfectamente organizado y da gusto pasearse por el gran palacio entre los turistas que nos miran con cierta envidia por poder entrar en zonas restringidas a degustar los sabrosos vinos. Las clases magistrales están dirigidas por profesionales de gran nivel, por los técnicos de cada denominación o incluso por chavales de las escuelas de hostelería y cocina sorprendentemente bien preparados. Da un poco de envidia ver con que soltura y aplomo hablan a un nutrido grupo de profesionales sin aparente esfuerzo. Sin duda las clases son uno de los grandes alicientes de la visita. Por las noches las denominaciones organizan “soirées”, recepciones donde presentan los vinos y casi siempre hay alguna sorpresa. Este año en la noche de la AOC Lirac pudimos degustar añadas viejas absolutamente extraordinarias.

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Las denominaciones del Sur.

El Ródano Sur es un soleado valle donde las laboriosas vides han encontrado un lugar ideal para vivir. Y es grande, el tercer viñedo en extensión de Francia. Comparado con la sencillez de variedades y pocos lugares del norte el sur es bastante más complejo.

Viñedo del Sur.

Los viñedos de la “appellation” (denominación) Côtes du Rhône acompañan el inmemorial descenso del río hasta el Mediterráneo, acurrucándose en todos sus afluentes, buscando las mejores orientaciones en las colinas, ocupando los mejores espacios. El clima a grandes rasgos, obviamente cada denominación tiene sus propias peculiaridades climáticas, es mediterráneo, batido por el mistral, un viento violento y frío que limpia el viñedo y ayuda al necesario contraste térmico. Tiene cuatro estaciones muy marcadas, dos secas, una muy breve en invierno y una bastante más larga en verano, y dos estaciones lluviosas, otoño con muchas precipitaciones y primavera. Los veranos son largos y secos con fuertes tormentas. Los inviernos son suaves, las precipitaciones poco frecuentes y nieve muy raramente.

Tiene cinco tipos diferentes de suelo, aunque presenta una gran variación entre denominaciones. Los suelos de cantos rodados en tierra arcillosa, de grava y los de arena arrastrados por los ríos aportan los necesarios nutrientes, buen drenaje y restitución de calor por la noche procedente de las piedras son propicios para los vinos de guarda. Los suelos de loess, principalmente calcáreos y los de arena aportan más ligereza a los vinos, principalmente blancos y rosados.

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Hay permitidas 21 variedades, las grandes representantes del mediterráneo. En tintos la grenache es la principal variedad, aporta calor, característica frutal y redondez. La syrah y la mourvèdre confieren al vino aromas especiados y el color y estructura necesario para envejecer. La cinsault aporta elegancia y permite elaborar rosados frescos y tintos frutales. Luego hay bastantes más variedades minoritarias muy importantes para dar carácter y originalidad a cada una de las diferentes denominaciones. En blancos destacan la bourboulenc, grenache blanc, roussanne, marsane, clairette y/o viogner.

Las casi 69.000 hectáreas se reparten la producción de la siguiente forma: (para entender la jerarquía de la clasificación ver el post anterior).

  • Côtes du Rhône , incluye todo el área de producción, 171 municipios.
  • Côtes du Rhône Villages, 95 municipios.
  • 20 Côtes du Rhône Villages con indicación del nombre de la zona.
  • 8 crus, solo aparece en la etiqueta el nombre de la AOC.
  • 2 Vinos Dulces Naturales.
  • Otras denominaciones del Valle del Ródano.

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Los crus del Sur son:

Beaumes-de-Venise.

Châteauneuf-du-Pape.

Vinsobres.

Lirac.

Rasteau.

Gigondas.

Vacqueyras.

Tavel.

Cairanne. 

La variedad principal es al grenache, por lo general acompañada por la mourvèdre, syrah, cinsault y carignan. Cada pliego de condiciones obliga a usar máximos y mínimos de estas variedades acompañadas de otras minoritarias.

Y los dos vinos dulces naturales:

VDN Rasteau.

Elaborado a partir de diferentes tipos de la variedad grenache (tinta, gris y blanca), sobre suelos de cantos bien orientados al sur, procedentes de viñas con edades comprendidas entre 50 y 80 años. Con bajos rendimientos producen unas bayas concentradas que dan un néctar dulce.

Los VDN de Rasteau por orden de intensidad de color, de más claro a más oscuro, pueden añadir en la etiqueta: blanc, rosé, ambré, tuilé, grenat e incluso rancio. El blanc y el grenar, a pesar de encontrarse en puntos opuestos de la escala de color los dos son criados en un medio reductor, privados de oxígeno. Ambré et tuilé envejecen en contacto con el oxígeno, en contacto con el aire al menos durante 3 años. A partir del quinto año son calificados “hors d´age” pudiendo llegar a la calificación de “rancio” si revelan en la cata de calificación el característico gusto maderizado.

El rosé es embotellado justo después de la fermentación y es el primero de la familia en ser comercializado.

Las variedades varían según la mención: los blancos son elaborados con un 90% de grenache blanc y el 10% restante por variedades autorizadas. Rosé y ambré deben llevar 90% de grenache blanc, rosé y noir. Tuile al menos 75% de garnacha tinta y 15% de granacha gris y blanca.

Las reglas de producción son iguales a las de producción de otros vinos dulces naturales. La fortificación, el añadido de alcohol para detener la fermentación, se realiza con alcohol neutro de origen vínico con un mínimo de 96% de volumen en una proporción de mínimo un 5% y 10% máximo. El alcohol mínimo total entre adquirido y fermentado debe ser mínimo de 21.5%. El azúcar mínimo del mostos natural debe ser de 252 gramos por litro.

VDN Beumes-de-Venice.

El muscat (moscatel) de Baumes-de-Venise es único en el Valle del Ródano. Vino dulce natural de reputación mundial ha desaparecido y aparecido varias veces.

La variedad es exclusivamente moscatel de grano pequeño blanca y tinta. Las uvas son vendimiadas a mano, en varias pasadas por la viña, recolectando solo las más maduras cada pasada. Las uvas deben tener una riqueza de azúcar natural de 252 gramos por litro. La fermentación se para añadiendo alcohol de 96 grados, cuando el mosto ha alcanzado entre el 5 y el 10% de volumen alcohólico. El azúcar residual mínimo es de 100 gramos por litro y un alcohol mínimo de 15 grados.

TERROARISTA