Diario líquido. Vinoble. Jerez de la Frontera. 27 de mayo.
Abandonamos Jérez de la Frontera con mucha pena. Vinoble, la feria de vinos generosos y de licor, ha cerrado sus puertas. Hemos probado grandes vinos, algunos gigantes, hemos disfrutado de la hospitalidad andaluza y nos hemos sumergido en los entresijos de los vinos que, por historia y tradición, más magia y admiración despiertan, los vinos de JEREZ.
En el magnífico Alcázar jerezano y durante tres días, el programa de Vinoble incluye catas comentadas, mesas redondas y degustaciones maridaje. Los datos son abrumadores: se calcula que se han servido 150.000 copas de vino a los 8000 visitantes. Unas 1200 personas han participado en las catas, mesas redondas y show-cookings organizados. Las bodegas presentes en Vinoble superaban las 200.
Llegamos el domingo por la noche en coche compartido (para el que no lo sepa, hay una página web llamada Blablacar en la que se publicitan viajes para compartir coche: se paga la gasolina a medias y ya ) y salimos a cenar. En realidad fuí solo, si hablo en plural es porque al final, en este tipo de salones, siempre encuentras conocidos, otros frikis del vino con los que compartir experiencias, salir a cenar y beber unos buenos vinos. Si van a Jérez den una vuelta por los tabancos, bares donde sirven vinos de Jerez a granel, acompañados de extraordinarias tapas. En alguno hay flamenco en directo.
Por la mañana fuí a acreditarme. Mi consejo es ir pronto, sino las colas son eternas. Dentro la oferta es bastante completa. Están todos los vinos de Jérez y la mayoría de sus productores. Los andaluces son amables y simpáticos, les encanta hablar de sus vinos. Aunque al final no llegamos a entender en profundidad que es un palo cortado, de verdad que nos dieron un montón de versiones no todas iguales, disfrutamos con todas las explicaciones que nos dieron y, sin duda, somos un poco más sabios sobre vinos generosos.
Para asistir a las catas había que haberse acreditado previamente, para alguna de las catas con un mes de antelación. Las solicitudes para asistir fueron tan numerosas que sólo podías acreditarte para tres. Si por el motivo que fuera alguna no se llenaba, podías hacer cola en la puerta y completar las plazas libres. Las catas se daban en tres emplazamientos diferentes. Algunas eran de pago, 20 y 10 euros, y algunas gratis. Las salas eran cómodas, quizá con la excepción de las catas ofrecidas en el patio de San Fernando, las copas eran las apropiadas y empezaron a su hora, respetándose el horario.
Los vinos.
Probamos muchos vinos extraordinarios. En realidad, en Jérez casi todos lo son. Somos fanáticos de los finos y manzanillas, de los amontillados y palos cortados, y uno de mis colegas de los P.X. Catamos vinos dulces, vinos de diferentes países, espumosos, oportos… muchas cosas. Someternos a elegir solo unos pocos para comentar es injusto para con los otros. Pero lo cierto es que catamos gigantes, vinos extraordinarios y únicos.
Estos son:
- Quinta do Piloto, Coleção da Familia, DOC Moscatel de Setúbal. Selección de la mejor barrica de la historia de la familia. No se sabe la edad. Según nos dijeron, menos de 100 personas han tenido el privilegio de probar esta delicia. La máxima expresión de la moscatel. Un vino perfecto.
- Cata vertical de tres añadas de Don P.X. de Toro Albalá 1983, 1962 y 1946. DOP Montilla-Moriles. Don P.X. 1946 mereció 100 puntos Parker. Los P.X. siempre me parecen un poco empalagosos, algo faltos de acidez y excesivamente pesados. No es el caso del Don P.X. 1946, elegante, profundo y poderoso.
- EL Grifo, Malvasía 1881, Lanzarote, no existía la denominación. Si, han leído bien, un vino de más de 120 años. El enólogo nos dijo: – dentro de 100 años otro enólogo estará aquí, ofreciendo este vino a otros sumilleres que no seréis vosotros y les dirá lo mismo que os estoy diciendo ahora; “este vino está muy joven”. En efecto, estaba muy joven.
- Amontillado VORS, Oloroso VORS y Palo Cortado VORS de Bodegas Tradición. Vinos de posgusto eterno y realmente elegantes.
También nos gustaron:
- Sidra de Hielo Niege, Canadá
- Fino en Rama Cruz Vieja.
- Manzanilla Goya y Manzanilla pasada Pastrana.
- Los vinos dulces de Málaga, en especial, y como siempre, los vinos de Ordoñez.
- La Tour Blanche, 1º cru de Sauternes.
- Matías i Torres, La Palma. Estos vinos y su elaboradora nos cautivaron. Una malvasía pura y directa.
Valoración.
Hubo muchas cosas a destacar. La organización fue muy buena, respetando los horarios, el emplazamiento elegido era ideal y la atención de los camareros, el servicio de copas y la amabilidad de todos los implicados fue excelente. El nivel de las catas y de los ponentes es altísimo (si quiere consultar el programa todavía está a disposición del público en la página web del ayuntamiento de Jerez) y entre las bodegas invitadas estaban todas las relevantes de vinos de Jérez y muchas de las más importantes del resto de España.
Como sugerencia algunas cosas a mejorar para las siguientes ediciones:
- la respuesta de la organización cuando intentas apuntarte a las catas por internet es algo lenta y realmente no queda muy claro en el programa cuales son los pasos a seguir para inscribirse. Es importante reconocer que luego, una vez dentro del recinto, la atención para adquirir las entradas es rápida y eficiente.
- algunas de las catas no fueron dadas por los productores sino que delegaron la presentación de sus vinos en otros profesionales y en algún caso a los propios comerciales. Esto resta interés a la cata y en algún caso la hace bastante floja.
- se echaron en falta más bodegas del extranjero. La propuesta es atractiva y la singularidad de este Salón de Vinos tienen el atractivo suficiente para que bodegas de otros países se sientan tentadas a acudir.
Vinoble es un acontecimiento único, un lugar de referencia dentro del mundo del vino y una visita obligada para todos los amantes del vino. En Jérez el vino está en el aire y se puede sentir en todos sus lugares.