Conclusiones jornada día 3. Interesantes experimentos sobre decantación.
Dentro del programa de trabajo teníamos:
Cata de vinos tintos.
Disponíamos de 10 vinos de añadas comprendidas entre 2013 y 1973 y de diferentes denominaciones de origen de buena parte de España.
El objetivo era múltiple.
- En primer lugar poder comparar vinos desde la juventud a la decrepitud, observando como evolucionan los vinos y como se van transformando sus características de juventud, florales y frutales, en otras más complejas.
- El segundo era conocer diferentes variedades, su lugar de procedencia y sus principales características.
- Pero quizá la parte más relevante de toda la cata fue la posibilidad de decantar media botella de algunos vinos y probar la otra mitad directamente de la botella. Los resultados, como siempre, fueron de lo más inesperados.
A mi manera, Bodegas Contador, d.o.ca. Rioja.
Vino fresco y muy agradable, con aromas de fruta roja, moras y notas lácticas. Muy buena acidez, invita a beber. Un gran vino joven, exuberante y fácil de beber.
Senda de Oro de Bodega Vizcarra, d.o. Ribera del Duero:
Vino con un precioso color azulado, con gran presencia en boca, elegante y estructurado, típico representante de un vino con algo de crianza de Ribera. Rico en aromas a fruta negra, tiene ese rasgo tan distintivo de los vinos de Ribera, un aroma a tierra. Muy bueno, es uno de los referentes en su segmento.
Vizcarra 15 meses de crianza.
Media botella la catamos vertiendo directamente el vino de la botella a la copa y oxigenamos la otra media pasando la mitad del vino por un decantador.
- Directamente de la botella: Color azulado que no desvela su crianza. Impresionante en boca, es elegante en la entrada, con una explosión de sabor. Acidez bien integrada, equilibra el tremendo poderío de un vino brutal, todavía por mejorar pero ya tremendamente seductor. Elegante, potente, representativo de su zona, equilibrado y vigoroso. Un gran vino, con bríos de juventud y un gran futuro.
- Del decantador: Mismo color, los aromas en nariz se vieron seriamente perjudicados. Quizá con más intensidad pero mucha menos complejidad, el aroma a madera se apoderó de todos los demás aromas. En boca era más suave, pero mucho más soso e inexpresivo. Había perdido el vigor juvenil y estaba desequilibrado con un tremendo amargor final. Sin duda seguía siendo un gran vino, pero mucho más pobre.
Viña Arana, reserva 2005, d.o. ca. Rioja.
El color presentaba signos de pasó del tiempo. Evolución en el color del ribete con tonos atejados y más bajo de color, muy brillante todavía. En nariz era muy clásico, con aromas de cerezas en licor, clavo de olor y piel fina. Una gran acidez equilibra un vino un tanto débil pero elegante, con largo posgusto y sensaciones de flores secas y cacao. Uno de los vinos que más gustó. Nuestro paladar está hecho a este tipo de reservas de Rioja que han dominado el mercado y educado a varias generaciones de consumidores.
- Del decantador: El vino había desaparecido desde el primer momento. No aguantó la violenta exposición al oxígeno. No tenia ningún aroma, solo una tufo a alcohol algo desagradable. En boca parecía agua, la acidez demasiado alta y otra vez el alcohol. El agradable y elegante vino procedente de la botella se presentaba completamente desequilibrado.
Vizconde de Ayala 1973, d.o. ca. Rioja ( es anterior a la existencia de la d.o.).
El corcho estaba en muy mal estado y nos sirvió como ejercicio para usar el descorchador de láminas. Tal y como nos suponíamos, estaba degradado y su periodo de consumo óptimo ampliamente superado. Aun así, siempre es interesante disponer de un vino con tanta edad y ver lo que ha ocurrido. La materia colorante había precipitado en su totalidad y el vino era de color naranja. Los aromas eran todos de reducción, muy oxidados y un ligero olor a vinagre. En boca estaba desequilibrado, pero mantenía acidez y en un momento de desesperación consumible. Interesante.
Pétalos del Bierzo, 2011, d.o. Bierzo.
- De la botella: color de juventud, de intensidad media un tanto hermético y difícil. Muy mineral, es el único aroma destacable, con algo de fruta y violetas. En boca esta equilibrado, con una rica acidez pero algo inexpresivo. Largo y complejo, echamos en falta algo de profundidad y elegancia.
- Del decantador: acentuó su hermetismo y desaparecieron los aromas más elegantes. En boca parecía desequilibrado y acentuaba un amargor final no muy agradable.
L´Equilibrista 2011, d.o. Catalunya.
Con este vino hicimos la decantación con cestillo y vela para ver los posos, por lo tanto solo hay una cata, la procedente del decantador.
Precioso color azulado muy cubierto. Intenso de aromas y bastante complejo, un perfume de violetas y bosque mediterráneo te embriaga. En boca entra con cuerpo, intenso y floral, con una gran acidez y un largo posgusto. Equilibrado y vigoroso, tiene el nervio de la juventud. Buen momento de consumo y con un gran potencial de envejecimiento.
El sueño de Bruno 2010, sin d.o.
- De la botella: bonito color azulado de juventud. En la fase olfativa esta retraído y tímido. En boca esta un tanto desequilibrado, algo duro y excesivamente amargo. Este vino es de nuestros favoritos. Se ha acabado la añada del 2009, que era el que conocíamos, y esta nueva añada es diferente. Habrá que esperar un poco y darle otra oportunidad en unos meses.
- Del decantador: el único caso en el que la oxigenación mediante la decantación mejoró el vino. Mucho más suave y equilibrado en boca y más expresivo en nariz, nos da la razón con respecto a esperar un poco para evaluar el vino.
Viña al lado de la casa 2010, d.o. Yecla.
- De la botella: Se observa un color anaranjado en el ribete, algo de evolución, limpio y brillante. Gran intensidad aromática, con recuerdos de aceituna negra, romero y fruta muy madura. Tremendamente mediterráneo, una nota alcohólica acompaña la degustación.
- Del decantador: los aromas bajan de intensidad y se superponen, haciendo el vino un poco más vulgar. En boca aparece más desequilibrado, con una entrada muy potente, algo bajo de acidez y un amargor final demasiado presente. La nota alcohólica aumenta y se hace ligeramente ardiente. Como última prueba, puse el decantador en una cubitera con agua y hielo unos minutos. El frío apago la nota ardiente y el vino se hizo más franco y fácil de beber.
Els Pics 2012, d.o. ca. Priorat.
- De la botella: bonito color azulado, muy juvenil. Un fuerte aroma de reducción, pólvora o huevos en mal estado, nos obliga a tener un poco de paciencia y airear con energía. Tarda un rato en desaparecer. Notas florales y frutales, tierra mojada y una agradable nota a vainilla. En boca es fresco, frutal, con una buenísima acidez y un largo posgusto. Joven, necesita tiempo, recompensa por su personalidad y los pequeños desequilibrios lo hacen atractivo.
- Del decantador: el aroma de reducción no desapareció y seguía presente en el vino, aunque menos intenso. En boca resultó menos interesante, menos complejo e intenso, perdiendo parte de la gracia de juventud.
Excepto el Sueño de Bruno, que claramente gano con la decantación, todos los demás perdieron personalidad, intensidad y equilibrio con la decantación en comparación con el mismo vino procedente directamente de la botella.
La conclusión es evidente, la decantación es un proceso de oxigenación muy violento y en una gran parte de casos es perjudicial para el vino. Como regla general deberíamos aceptar que los riesgos de la decantación no compensan los posibles beneficios. La decantación solo se utilizará en determinados casos, después de haber probado el vino y evaluar si merece la pena correr el riesgo.
Tuvimos como invitado a la gente de Vimos, vinos y más. Se comportó bien, cató en silencio y casi siempre me daba la razón. Hasta la próxima amigo.
Un saludo a todos los compañeros que acudieron al curso. Gracias por vuestra paciencia y por escucharme.