Una semana con los Embassadeurs du Champagne en Champagne.

«I´ve missed more than 9000 shots in my career. I´ve lost almost 300 games. 26 times, i´ve been trusted to take the game winning shot and missed. I´ve failed over and over and over again in my life. And that is why i succeed». Michael Jordan, para mi, el mejor deportista de la historia.

«He fallado mas de 9000 tiros en mi carrera. He perdido casi 300 partidos. 26 veces han confiado en mi para lanzar el balón que daba la victoria en el partido y he errado. He fallado una y otra y otra vez en mi vida. Esta es la razón por la soy exitoso».

Me voy a pasar una semana en Champagne. Al hacer la maleta no olvido dos cosas; llevar ropa de invierno y dejar espacio para traer la mayor cantidad posible de botellas. Pongo rumbo a la frontera climática; más al norte hace tanto frío que no sobrevive la vid. Voy a pasar 5 días visitando bodegas, compartiendo experiencias y botellas con mis compañeros de viaje y dejándome mimar por los organizadores de este extraordinario evento.

Llego a la estación de Reims sobre las cuatro. Un taxi nos está esperando a mi y al italiano para llevarnos a nuestro hotel en Epernay. Llegamos a nuestro destino, elegimos habitación y casi antes de intercambiar nuestros nombres me sugiere ir a dar una vuelta por la ciudad y beber algo. Andamos como diez minutos como turistas hasta que encontramos una tienda con degustación por copas. Nos tomamos 6 copitas en menos de seis minutos, parece que el viaje nos había dado sed, y ya más calmados visitamos la tienda, nos tomamos otras dos copas y volvemos al hotel. A las 19.30 conocemos al resto de los candidatos. Nos presentamos, comenzamos a hablar y me doy cuenta del gran nivel de todos los participantes.

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La competición.

El concurso de Ambassadeur du Champagne fue creado en 2005 por el Comité Interprofesional de Vinos de Champagne (CIVC) y está dirigido a formadores y profesionales que ayuden a la difusión de la cultura del champagne. Se presentan candidatos de los nueve países donde el CIVC tiene representación. La competición tiene como objetivos principales incrementar el interés sobre los vinos de Champagne dando relevancia a la importante figura del profesor y poner el valor el trabajo realizado por los profesionales de la educación en la formación y capacitación de los futuros sumilleres.

Las tres grandes etapas del concurso:

  • En abril son elegidos los tres candidatos de cada país. En la página web del consejo están disponibles las bases y los formularios de los exámenes. Una vez completos todos los documentos han de ser enviados a comité de cada país.
  • En septiembre cada país organiza la final de los tres aspirantes elegidos. La prueba es oral y está compuesta de una degustación de cuatro champagnes sobre un tema específico. Dura 20 minutos.
  • Gran final europea en Champagne. Los nueve candidatos pasan una semana de estudio en Epernay para finalmente decidir en ganador en dos pruebas orales: una cata a ciegas y una exposición oral sobre un tema también secreto.

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La semana en Champagne.

Es muy probable que, cuando pregunte a un amante del Champagne que es para él el champagne, responda cosas tan curiosas como: “un estilo de vida”, “la celebración de estar vivo”, “un sinónimo de vida, del espíritu humano, de la creatividad”, “en mi vida hay dos pasiones, una de ellas tiene burbujas”, etc. Encontrar frases sobre el vino elaborado en Champagne en internet es sencillo, prácticamente la totalidad de los humanos ha sentido alguna vez el vértigo, la emoción, la alegría de este líquido burbujeante y ha querido añadir algo a la larga lista de comentarios. Yo siento el vértigo, la alegría de vivir, la emoción. Puedo sentir en cada trago el peso de la historia, el trabajo de cada hombre y mujer, la característica única del suelo oceánico.

Todos mis compañeros son igual de apasionados o más. El plan de la semana es sencillo. Los dos primeros días pronto por la mañana nos viene a buscar un taxi, visitamos bodegas, comemos, más bodegas por la tarde y cena fraternal con el resto de los invitados. El martes nos vamos pronto a la cama, el miércoles son las dos pruebas orales y hay que estar lo más fresco posible.

Represento al colectivo, escaso de integrantes, de curtidos participantes en competiciones que nunca ganan nada, o mejor, que nunca se llevan ninguno de los premios. Sé muy bien lo que hay que hacer para aumentar la unión del grupo. Por lo tanto, propongo a todos los participantes comprar cada uno una botella de champagne y beberlas todos juntos. Para animar la velada cada uno deberá contar una historia. Yo tengo la mía preparada; explicaré la razón de por qué los españoles no sabemos/podemos/nos gusta bailar.

Llega el día de las pruebas. Todos trajeados como para ir de bodas nos dirigimos al edificio des CIVC en Epernay. Los participantes elegimos dos números, que decidirán el orden de participación por la mañana y por la tarde. Saco el número 1 y el número 3. Me toca el primero. Entro en una pequeña sala y me ofrecen tres sobres, de los cuales debo elegir dos. Abro los dos y en cada uno hay un tema diferente. Los participantes deberán leer cuidadosamente los dos temas y elegir uno. La presentación de 15 minutos irá exclusivamente sobre ese tema. Hago algo que nunca hay que hacer. No leo todas las hojas, solo leo la explicación del tema en francés, y me pongo a trabajar. Soy tan tonto que no me doy cuenta de que el tema está perfectamente explicado en mi idioma en al última hoja. Durante 30 minutos preparo mi exposición, hablo con las traductoras y, al acabar el tiempo de preparación, voy al encuentro del jurado.

El jurado está formado por un componente de cada país donde el CIVC tiene representación. La traducción se vierte al francés y al inglés. Suelto mi discurso. Hablar en público no se me da mal y, a decir de alguno, tengo cierta gracia, aunque he de reconocer que tengo un gran defecto, que me va a perjudicar; hablo muy rápido. Los 15 minutos vuelan y me voy hacia el hotel. Duermo un rato, compro dos botellas de champagne para la noche y me vuelvo al edificio donde tienen lugar las pruebas. No lo encuentro. Al principio no me pongo muy nervioso porque Epernay es pequeño y creo que lo encontrare. 45 minutos más tarde empiezo a estar preocupado. Llega la hora de comer y sigo perdido. Al final el azar se alinea conmigo y llego al centro. Las puertas están cerradas. Busco un timbre, no hay. Un poco desesperado llamo la atención de un empleado y me dice que está cerrado. Por suerte en ese momento aparece Violaine, la amable coordinadora. Llego a tiempo para comer algo, esperar un rato y comparecer ante el jurado para la segunda parte de la eliminatoria, una cata a ciegas. Cuando acaba me voy al hotel y duermo una siesta.

Llega la noche con todas sus promesas. Vamos a un restaurante y rápido vamos al salón del hotel, a degustar las botellas que hemos comprado.

El representante holandés me pregunta con expectación:

Holandés- ¿qué has comprado?.

Terroa- Un champagne rosado y un blanc de blancs, ambos Grand Cru.

Holandés- Sí, pero, ¿de qué elaborador?.

Terroa- A no sé. Uno que me ha parecido bien.

Veo algo de desilusión en los ojos de mi amigo. Pronto entiendo el motivo; todos han comprado y aportado a la comunidad botellas icónicas, de prestigiosos elaboradores mundialmente conocidos, en muchos casos la más alta gama de cada Maison e incluso en formato magnum. Me quedo un poco sobrecogido ante la inmensidad de mi vergüenza. Escondo un poco mis botellas y en un susurro le digo al italiano.

Terroa- He visto que has comprado dos botellas, ¿me vendes una?. O te pago la mitad de lo que han costado tus botellas, me da igual.

Por supuesto me dice que no me preocupe pero, la verdad, ha sido yo el promotor de la velada y traigo dos vinos normalitos por no decir muy por debajo de lo esperado. Menos mal que han sido dos botellas y no una. Las mías las utilizamos para abrirlas por el método del sableo. Consiste en dar un fuerte golpe con un sable o cuchillo en un punto débil en el cuello de la botella y por diferencia de presión el corcho con el vidrio es expulsado lejos.

Al día siguiente será la ceremonia de entrega de premios en una elegante cena de gala. Ganarán los tres mejores (entre los que no estaré yo). A todos nos darán un pin con el emblema de Embassadeurs du Champagne, nos daremos abrazos, haremos fotos, cogeremos los últimos taxis para volver al hotel y beber las botellas que quedan. Con mucha pena uno a uno nos despediremos, nos abrazaremos, intercambiaremos correos y teléfonos. Poco después el tren el avión el bus nos llevará de vuelta a casa para despertar de la increíble, divertida, emocionante y singular semana vivida en Champagne, despertar de un sueño que lentamente se evapora del tacto más cercano pero perdurará, como una experiencia trascendental, en nuestro recuerdo.

Debo dar mis agradecimientos más sinceros a Nuria Gene, la responsable del Comité del Champagne en España. La organización de todos los traslados, visitas, restaurantes, etc. fue perfecta, imposible de mejorar. Transmití en persona mi felicitación por el impecable trabajo realizado por todo su equipo a Monsieur Thibaut Le Mailloux, Director de Comunicación del comité, en especial señalando la amabilidad, sencillez y cercanía de Violaine de Caffarelli, la encargada de cuidarnos.

Nos hiciste sentir como en casa, te llevamos en el corazón. Félicitations Violaine, tout a été génial. Á bientôt.

Los Embassadeurs du Champagne 2018.
Los Embassadeurs du Champagne 2018.

Los amigos.

Stefan Metzner: el ganador, representante de por Alemania. Creo sinceramente que es el mejor.

Kristel Balcaen: segunda, representante por Bélgica. Precisa en sus explicaciones y profesional, pero sobre todo muy amable, siempre dispuesta a echar una mano y preocuparse por el resto. Bondad en estado puro.

Pietro Palma: Premio especial del Jurado. Habla poco, sonríe mucho, sabe más. Personalmente creo que era el que más profundamente conoce la zona de Champagne. Un maestro y un amigo, eres grande.

Si soy sincero no tenía ningún favorito, o mejor dicho, todos me parecían poseer lo necesario para proclamarse Embassadeur du Champagne Européen. Benjamin Zimmerling, austriaco, es el más joven, posee talento para ganar todos los premios europeos de los próximos años. Su sonrisa hace brillar un estadio de futbol. Sabas Joosten es en la actualidad la gran promesa de Holanda, trabaja en un restaurante con tres Estrellas Michelin y tiene el talante amistoso de los triunfadores humildes. Reto Künzi tiene pocos retos que afrontar, siendo uno de los mejores chefs de cocina de su país, Suiza, y un gran entendido en vinos. Es tan amable y educado que los demás parecemos recién llegados a la civilización. Hether Dougherty posee la discreción británica, la voz de los sabios y la distinción de la elegancia. Dejo para el final a Catalina Melniciuc, la representante de Francia. Disfruta hablando (en el montón de idiomas que conoce, incluido el español), cata con destreza, hace que todo sea más bonito y más agradable. Pertenece a ese pequeño grupo de personas que se hacen querer y que son difíciles de olvidar.

TERROARISTA