El Jardín del InterContinental. Búscame.
Existe un hotel, el Hotel InterContinental, en uno de los lugares más emblemáticos de Madrid, el Paseo de la Castellana, donde un grupo muy afortunado y porque no decirlo, reducido de personas, nos hemos reunido hoy.
¿ La razón ?, probar la nueva carta del Hotel InterContinental.
Un showcooking con José Luque como director de orquesta. ¡¡¡ Y qué gran director de orquesta!!!. Ya que además de ser un excelente chef ha demostrado ser una persona cercana y encantadora.
La base de la nueva carta es la cocina tradicional madrileña,recuperando las viejas tradiciones de la cocina de ayer, envolviéndolas en un aire moderno pero respetando al máximo los sabores de siempre.
Para abrir boca comenzamos con las típicas tapas madrileñas, las que degustamos cuando salimos de vino pero con toques muy especiales:
- El Pan Souflé de Boquerones en Vinagre, con el sabor de los boquerones de toda la vida. La diferencia: su textura, suave y cremosa. Delicioso.
- Gambas al Ajillo, con su aroma inconfundible pero coronadas con emulsión de ajo y perejil sobre pan frito y coronadas con filamentos de guindilla. ¿Quién dijo que unas gambas al ajillo no podían ser sofisticadas?
La Alboronía, verduritas del tajo, con Jamón Ibérico y huevo cocinado durante 45 minutos a 62 grados, los Buñuelos de Viento con Bacalao, ligeros hasta el extremo y para terminar la tapa estrella de las calles de la capital española, el famoso Bocadillo de Calamares pero claro, con otro aire, con pan chino fermentado dos veces, Ali-oli y Polvo de Alga Nori. El bocata de siempre pero con un punto muy chic.
Esta tapa y la de los boquerones, una de las favoritas del chef Luque, han sido las preferidas del público. Ha pasado un ángel cuando hemos dado todos el primer mordisco al bocadillo… ya saben el dicho, oveja que bala, bocado que pierde.
Como plato principal Luque nos ha regalado el gusto con un Steak Tartar de Ternera del Guadarrama sobre pestiños aliñados con comino, pimiento y esencias japonesas, regado con mayonesa de mostaza de hierbas, un auténtico festival de sensaciones. Yo que no siento un placer especial con la carne, he gozado con este plato.
Y para finalizar no podían faltar los postres de la mano pastelera del palentino Jesús de la Puebla.
Hemos dejado la puesta a punto del verano para sumergirnos en los dulces del pasado, Torrijas y Bartolillos rellenos de helado de violetas, pero con una presentación y toque del siglo XXI.
Todo esto es una muestra de lo mucho que este hotel nos ofrece. La hospitalidad que se respira es de verdad, como el cariño con el que nos han acogido tanto Marian Gómez como María Isla.
Un lugar cálido y emblemático en cuya terraza podremos disfrutar de una carta sólida y jugosa, acompañado claro está de los mejores vinos de Madrid.
Yo no perderé de vista todo lo que haga el Intercontinental durante el mundial este verano. Si vienen a Madrid visítenlo, seguro que nos encontramos tomando algo en esa fabulosa terraza.