Ca N’Estruc
«Muchos de los vinos que más me emocionan están sobre los 20 euros.» A.M.
La D.O.P. Catalunya es una denominación muy grande que ampara a vinos y bodegas en un gran territorio de Cataluña. Las 50.000 hectáreas de viñedo inscritas se encuentran diseminadas a lo largo de 300 términos municipales en toda Cataluña. El clima es mediterráneo, aunque con grandes diferencias de pluviometría y temperatura entre unas zonas y otras. Cerca de la costa el clima es más templado, mientras que en el interior es más continental, con veranos más calurosos e inviernos más fríos.
Existe una gran número de variedades autorizadas, 35 en total, entre tintas y blancas. Todas las autóctonas y una gran cantidad de variedades foráneas. Gracias a esta diversidad se elaboran todo tipo de vinos (blancos, rosados y tintos ) para consumir jóvenes o con crianza en barrica de roble.
Las producciones autorizadas por hectárea son altas, siendo de 10.000 kg. para las uvas tintas y 12.000 kg. para las uvas blancas.
En conclusión, la D.O. Catalunya posee una gran cantidad de microclimas y suelos, muy diferentes unos de otros, un número elevado de variedades y distintas tradiciones de elaboración. Quitando el clima mediterráneo, poco más tienen en común las bodegas inscritas.
Esto supone una gran ventaja para la denominación ya que puede ofertar una gran diversidad de vinos. El éxito lo demuestra el récord absoluto en ventas conseguido este año por la D.O. aumentando el número de botellas vendidas con respecto al año anterior en 1.2 millones.
Desde vinos de consumo fácil y jóvenes a vinos más complejos y estructurados, casi todos con una gran relación calidad-precio. Pero por otro lado resulta difícil definir las características de los vinos de la D.O., definir unas características sensoriales comunes.
Cada zona aporta una peculiaridad única a sus vinos, lo cual lo hace aún más interesante. En algunos casos, estos emplazamientos poseen esa característica especial de dejar su firma en los vinos, esa cualidad diferencial de recordar su origen y el clima del año, donde unas variedades de uva han encontrado la tierra en la que son capaces de expresarse de una forma original y desarrollar todo su potencial, y, solo si el elaborador entiende la naturaleza que le rodea y tiene la experiencia necesaria, produce vinos de terroir. Vinos únicos, ligados a su tierra y su clima, con algo que solo puedo definir como alma. Estamos hablando de lugares privilegiados. En el país vecino lo denominan cru.
Uno de estos lugares se encuentra en Esparraguera, Barcelona.
Ca N´Estruc.
Emplazada en una de las laderas de la mítica montaña de Monserrat, en el municipio de Esparraguera, se encuentra la bodega familiar Ca N´Estruc. De las 21 hectáreas en propiedad procede toda la uva utilizada para la elaboración de los vinos. Poca intervención en la viña y elaborar vinos con personalidad donde la naturaleza puede expresar su esencia son las aspiraciones del bodeguero, Francisco Martí.
Los vinos:
- Idoia 2011, Syrah y garnacha. Envejecimiento en barrica de roble francés durante 12 meses.
Vino complejo y seductor. Sólo puedo definirlo como “caliente”. Los aromas de bosque mediterráneo se desbordan de la copa. Ha llovido y ha salido el sol. La sensación floral y de hierbas aromáticas te rodea.
- Idoia blanc, ensamblaje de xarel-lo 50% es el esqueleto, garnacha blanca aporta complejidad y volumen, macabeo aporta frescura y algo de chardonnay para acabar de perfilar el vino. Envejecido en barrica de roble francés de 300 litros durante 6 meses.
Agradable y refrescante, se agradece el equilibrio entre fruta y madera. Más complejo de lo que parece, necesita atención por parte del catador para apreciar la gran cantidad de matices que se van desarrollando en la copa. Muy redondo y equilibrado.
- L´Equilibrista 2011, syrah, cariñena y garnacha. Parte del mosto fermenta en barricas abiertas de roble francés, parte en depósitos de acero. Envejecimiento en barrica de roble francés nueva de tostado medio plus durante 14 meses.
Cada parcela se vendimia y vinifica por separado para tener más ingredientes para encontrar el equilibrio en el ensamblaje final dependiendo de la añada. Cada año el vino es diferente y es representativo del clima del año.
La base de L´Equilibrista es la syrah (50%), es el cuerpo del vino. La garnacha (25%) aporta el lado amable y la cariñena (25%)
Vino equilibrado, potente y elegante. Con bastante peso, muy frutal y de largo recuerdo. Sorprende.
- L´Equilibrista blanc 2011, xarel-lo 100%. Fermentado en barrica de roble francés durante 18 días y envejecido durante 6 meses en barrica de roble francés semi nueva. Un intento de buscar el equilibrio integrando la madera en el vino. Se utilizan cada vez barricas más grandes, de 300 y 500 litros e incluso fudres.
Compleja paleta aromática, bastante sutil, necesita algo de tiempo para expresarse. Destaca el equilibrio entre las notas frutales y florales y las notas de especias de la barrica.
Entra en boca con cuerpo pero con suavidad. Una sensación da paso a la otra logrando convivir juntas sin molestarse. Muy elegante. Siempre pienso que es demasiado joven.
El gran vino de la bodega (en mi humilde opinión).
- L´Equilibrista garnatxa, 100% garnacha.
La garnacha es una de las variedades de uva con más posibilidad de captar la esencia de su lugar de origen. De precioso color y muy aromático, su principal característica es la mineralidad. Claro que resulta fresco y floral, agradable y nada pesado, pero es esa nota de grafito o de betún la que nos transporta. Entrada con cuerpo, con sabor, y un largo y agradable posgusto. Las sensaciones se desarrollan suavemente en la boca, dándose paso unas a otras. Tiene un tacto fantástico, con taninos dulces y recuerdo de pulpa de fruta.
Absolutamente personal, muy mineral y aromático.
El equilibrio se consigue cuando fuerzas opuestas se anulan. Un pequeño cambio en cualquiera de las condiciones conduce al desequilibrio y al desastre. Los grandes vinos son vinos que bordean el desastre y si nos atrapan es por eso, somos capaces de apreciar los componentes de esas fuerzas, aunque no entendamos como pueden convivir.
Los vinos de Ca N´Estruc son potentes pero elegantes, complejos pero sútiles, equilibrados sin artificio. Vinos del Mediterráneo, pero no alcohólicos o empalagosos. Tienen tipicidad, pero es tan única que solo se encuentra aquí. Desde mi punto de vista, vinos de guarda, aunque la acidez no sea su principal característica. Como ven, demasiadas singularidades como para no hablar de un vino perteneciente a un entorno, a un lugar.
La presentación de los vinos contiene un gran trabajo para desarrollar un producto muy estético. Las botellas tienen forma de borgoña, pero más gruesas. Las etiquetas han sido diseñadas por Mario Soria, un pintor del vecino Martorell. Son bonitas, da gusto tenerlas en la mano y llevarlas a alguna cena con los amigos.
Una cosa más. Lo más sorprendente de todos estos vinos es que se nota que tienen algo en común. Comparten ciertas características, quizá el equilibrio, quizá su origen o su elaboración, o más probablemente una mezcla de todas estas cosas y alguna más. Lo cierto es que, al catar los vinos, tienes una sensación de coherencia, cada vino viene del anterior y le complementa y amplia y lo mismo pasa con el siguiente. Todos los vinos de la bodega tienen un estilo reconocible. Y eso es muy difícil.
Por cierto, todos cuestan menos de 20 euros.