Con vino se anda el camino
El origen:
A principios del siglo lX (la fecha más comúnmente aceptada es el año 813 aunque otras fuentes hablan de un poco más tarde sobre el 820 ) un ermitaño de nombre Paio (Pelayo) pasó una noche un tanto peculiar. Unos extraños sonidos acompañados de luces en un monte deshabitado que ascendían al cielo creando un campo de estrellas . Convencido de la divinidad de estas visiones acude al obispado del principal municipio de la zona, Iria Flavia, a contárselo al obispo. El obispo, un señor llamado Teodomiro, le cree y le acompaña a ver el extraño fenómeno. Una vez en el monte, unas estrellas les señalan el lugar. Al descubrir una lápida encuentran tres cadáveres, uno de ellos degollado. Como llegaron a la conclusión de que era el cuerpo del apóstol Santiago al que misteriosamente había surgido la cabeza no está muy claro. El apóstol Santiago fue torturado y decapitado en el año 44 en Jerusalén (según la propia Biblia). Tampoco como llegó el cuerpo hasta allí.
Pero lo realmente importante es que el obispo Teodomiro acudió al Rey Alfonso ll el Casto, para pedirle que financiara una iglesia sobre tan magna reliquia. El Rey fue generoso y financió una iglesia que se convertiría en la catedral de Santiago y a la postre en el mayor centro de peregrinación cristiano de la Edad Media.
El contexto geopolítico.
El siglo lX es clave en la historia de la reconquista.
La Península Ibérica está casi totalmente en manos de los árabes. Resiste algún reino en el norte, principalmente el reino Astur, cuyo rey es Alfonso ll el Casto. Los cristianos buscan desesperadamente algo, alguna señal o algún milagro que infunda valor y de cohesión a las fuerzas cristianas.
Los ejércitos islámicos se mueven como un solo hombre bajo la poderosa influencia de una reliquia sin igual, el brazo incorrupto de Mahoma. Parecen invencibles. La aparición del cuerpo de Santiago fue la señal.
Un año más tarde acabo de forjarse la leyenda en la batalla de Clavijo. El descalabro del ejercito musulmán fue total, llegando a contarse más de 60.000 muertos. En esta batalla crucial, el propio Santiago luchó en el bando de los cristianos a lomos de un caballo blanco y una bandera de luz. Desde ese momento Santiago fue el patrono de la reconquista con un slogan muy pegadizo: ¡Santiago y cierra España!.
La figura de Santiago y sus milagros empezó a calar en todos los cristianos de Europa, encantados de tener un nuevo caballero al que seguir. Personas de todas partes venían a recibir la bendición de la reliquia. Empezó a desarrollarse un itinerario. Esta ruta acabaría convirtiéndose en el Camino de Santiago, la vía de vertebración y difusión de la cultura, el arte, los usos agrícolas, las modas y las ideas en Europa.
La cultura del vino.
En la Península Ibérica medieval, la cultura de la viña y el vino marcaban la frontera entre los reinos cristianos. Los reyes cristianos iban plantando viñas y fundando monasterios en las tierras conquistadas.
Las ordenes religiosas colonizadoras, en especial Cluny y Cister, se especializaron en la producción de vino. Esa frontera entre los cristianos y los infieles se iría llenando de monasterios, iglesias y cultura de vino. Los peregrinos seguían las rutas del vino, ya que tomar agua era realmente peligroso, llegando incluso a ser letal.
Los peregrinos empezaban en París siguiendo diferentes alternativas, pero siempre rodeados de viñedos. Al oeste la zona del Loira y Burdeos, y al oeste Borgoña, Rodano y Langueloc-Roussillon. En España Cataluña, Navarra, Rioja, Ribera del Duero, Toro, Bierzo y los blancos gallegos.
Mucho se cuenta sobre la procedencia de distintas variedades a lo largo del camino. Independientemente de si se importaron variedades de fuera para adaptarlas aquí, lo realmente relevante fue la difusión de una cultura de plantación, cuidado del campo y elaboración de vino. A lo largo del camino florecieron los conventos y las viñas con las que se elaboraba el vino que luego vendían a los peregrinos.
Aimerico de Picaud llegó a Santiago de Compostela el año 1134 y escribe la primera guía turística del Camino, titulada Codice Calixtino. Es interesante por su relato de las costumbres locales, gastronomía, personalidad de los diferentes pueblos que va encontrando, etc. Al hablar del agua afirma que está envenenada, y «siendo un grupo de 25 beben en el agua de los Pirineos los 25 pueden morir».
Un dato más, solo porque me parece simpático. En el momento de máximo esplendor del Camino de Santiago, alrededor del siglo Xlll, la ruta atraía a medio millón de peregrinos al año. Era el mayor destino turístico mundial. Luego fue perdiendo paulatinamente importancia. La peste negra y sobre todo el cisma protestante casi acaban con las peregrinaciones. En el año 1970 hay registrados 68 peregrinos. En 1071, año Jacobeo, 451.
A finales del siglo XX se recupera la peregrinación como gran atractivo turístico. En 1999 se computaron 154.613 peregrinos.
Los vinos
Valdevegón 2005
- Tinto.
- Grado alcohólico: 13’5%
- Vol. 75 cl.
- Uva: 100% Tempranillo
- Cata: Color rojo cereza brillante de aspecto limpio. Aromas: sutiles notas especiadas y frutas negras maduras. Boca: redondo y sabroso con largo regusto a frutas maduras, fundidas con los suaves taninos de la crianza en barrica.
- Maridaje: acompaña muy bien con guisos caseros, asados al horno, carnes rojas, caza, quesos y embutidos.
- Historia: Los monjes Cistercienses fueron pioneros en la Edad Media en el cultivo de la vid y en la elaboración de excelentes vinos. Llegaron el siglo XII a la Península Ibérica, poblando sus valles de célebres monasterio, introduciendo la ciencia y el arte de la viticultura. Consta que los monjes de Cardeña poseían sus viñedos en las márgenes de los ríos Ebro y Duero, y su bodega, hoy funcionando, se hizo célebre. Hoy los monjes ya no poseen ni cultivan los amplios viñedos de antaño, pero en la misma bodega, restaurada, siguen elaborando los vino que seleccionan en las antiguas posesiones de sus hermanos medievales.
- Tipo de vino: Tinto – Crianza
- Añada: 2006
- Bodega: Viñedos del Ternero
- Variedades: Tempranillo 95 % y Mazuelo 5 %
- Grado de alcohol: 13,5°
- Elaboración: Vino tinto crianza, obtenido a partir de las variedades tempranillo y mazuelo. Criado con mimo, tutelado por siglos de historia en el silencio de la sala de barricas. Permanece doce meses en barricas de roble americano y francés, añadiendo al modo tradicional nuestra aportación personal de modernidad. Recomendamos decantar el vino antes de su consumo ya que ha sido embotellado sin tratamientos de clarificación ni estabilización, por lo que puede presentar algún precipitado.
- Nota de cata: A la vista nos presenta un color rojo picota con destellos violáceos en el ribete. En su aroma descubrimos una compleja gama de frutos rojos sobre un fondo dulce; pasando por la boca suavemente y dejando un recuerdo de taninos y tostados bien ensamblados. El toque final entre fresco y mineral es propio de ésta zona de cultivo, que dota a los vinos de una acidez innata muy peculiar. Los vinos de Viñedos del Ternero siempre evocan recuerdos del entorno que los rodean, que los han visto nacer y convertirse en lo que son.