Enofusión 2014. Un rápido comentario

Un año más se acaba Enofusión y nos queda una tremenda resaca. Y no de beber (o al menos no exclusivamente). Tres días de trabajo y de intensas emociones. Tenemos un montón de cosas que contar y material para escribir muchos posts.

Enofusión se articula a través de tres propuestas.

  1. Enobar: una estancia habilitada para degustar una selección de vinos.
  2. Expobodegas: especialmente pensado para favorecer las relaciones entre clientes y bodegas.
  3. Centro del vino: un espacio diseñado para compartir la cultura del vino a través de catas extraordinarias. Y por extraordinario quiero decir muy difícil de repetir. Por lo tanto podemos afirmar que hubo algunos momentos emocionantes y únicos, otros que respondieron a lo esperado (o sea, muy bien ) y otros, muy pocos, un tanto decepcionantes.

Los momentazos:

Lo más difícil no es conseguir un vino que esté bueno o rico. Con la tecnología actual y uvas sanas y cuidadas se puede conseguir. Lo difícil es que un vino te haga recordar, que apele a alguna parte de tu memoria o de tus sentimientos y te empuje a evocar. Esta característica única de este producto tan singular es patrimonio exclusivo de los grandes vinos. Hubo por lo menos tres momentos en que toda la sala sentimos que algo importante estaba ocurriendo, algo que íbamos a tardar en olvidar.

  • Momento 1- Última cata del lunes. Jamón ibérico y Sake.

Era bastante tarde de un día largo, agotador no es la palabra exacta, pero ya empiezas a estar cansado y no es la mejor hora para dejarte sorprender. Sin embargo, el jamón ibérico y el sake son dos productos excepcionales. Probamos diferentes cortes de jamón con diferentes calidades de sake. El resultado de esta mezcla es excepcional.

  • Momento 2- Primera cata del martes. Un paseo por Château Margaux.

Un momento inolvidable para cualquier amante del vino. No solo por la innegable calidad de unos vinos únicos, ya ven, ya pertenezco a esa élite que ha probado un Premier Cru de Burdeos, sino por la personalidad y el encanto del ponente, Paul Pontallier, director general y enólogo de Château Margaux. No se oyó en vuelo de una mosca durante hora y media. Inolvidable.

  • Momento 3- Segunda cata del miércoles, a las 12.00. Los últimos 100 de Parker.

Tres vinos absolutamente singulares. El más joven tenía mas de 60 años. Las explicaciones fueron excepcionales. Los andaluces viven sus vinos de una forma muy especial. Lograron llegar y transmitir. También es cierto que hablaron los vinos. Todavía no se han callado.

Hablaremos de todos ellos.

Los buenos momentos:

  • Los grandes de Rías Baixas, albariños con crianza.

Estupendos vinos y extraordinarias las tres oradoras que nos presentaron sus vinos. Una cata presentada solo de mujeres ya es atractiva y resulta esclarecedora en un mundo tan machista (según mi opinión). Fueron claras, amenas y bastante entretenidas. Los vinos son buenísimos.

  • Cata vertical de Perpetual de Bodegas Torres.

Es una gran experiencia enfrentarte a todas las añadas (excepto la 1º ) de un vino tan bien elaborado y de alta gama. Las uvas proceden de los mismos pagos y los medios y recursos técnicos y humanos son casi los mismos, por lo cual el único factor diferenciador es la añada. Muy muy interesante.

  • Billecart-Salmon y el secreto de la barrica.

El dueño de una de las más famosas Maisons de Champagne viene a presentar sus productos más emblemáticos. Champagnes complejos y seductores.

El año pasado Freixenet ya nos sorprendió con una cata absolutamente original. Bajo el título los blancos dan la lata presentaba sus vinos con productos gourmet en lata buscando una relación entre el vino y la comida. Espectaculares las explicaciones, los vinos y las tapas, hemos dejado recientemente en este mismo blog nuestra grata impresión.

Sin embargo este año ha sido el momento más decepcionante. La propuesta, en el centenario de Freixenet y el 40 aniversario del restaurante Zalacaín, era ofrecer los mejores vinos de la bodega con los platos en miniatura más representativos del restaurante.

No se puede achacar el resultado final a la falta de trabajo en la preparación del evento o a la incompetencia de los ponentes. Simplemente era muy difícil para los camareros servir los vinos y las tapas a la vez. El año pasado ya estaban en la mesa cuando entramos. Pero este año, debido en especial a que había tapas calientes, había que servir los vinos y sacar las tapas. A la complejidad de este trabajo hay que añadir una circunstancia ajena a todos y que sin duda fue la causa principal del desbarajuste. Debido a un problema logístico, algunos vinos no llegaron o llegaron en un número insuficiente de botellas. Eso obligó a cambiar el orden de los vinos, poner otros, etc. Resultado: para algunos llegaron unos vinos que no llegaron para otros. Esto hizo que se sirvieran otros vinos y en un momento nadie en la sala sabía que estaba bebiendo ni con que tapa iba. Fue una pena. No obstante me gustaría dejar constancia de mi admiración por el trabajo realizado por el sumiller Custodio López Zamarra y el chef del Zalacaín Juan Antonio Medina.

Por lo demás, dar las gracias al equipo de Enofusión, felicitarles por su trabajo y desearles un buen año. Un largo año hasta Enofusión 2015.

Terroarista