Vinos y Sonrisas. El vino puede ayudar a mejorar el mundo. Tres instantes.

«Por si no lo saben, de eso está hecha la vida,
sólo de momentos; no te pierdas el ahora«. Instantes. Poema atribuido a Borges pero con seguridad no es suyo. El poema al completo al final del post.

Un día recibí un correo. Un chico llamado Carlos (gracias por pensar que puedo ayudar en algo) se puso en contacto conmigo para ver si podíamos colaborar. Carlos trabaja para la fundación Ilersis, una entidad sin ánimo de lucro, cuyo objetivo es ayudar a personas en riesgo de exclusión social o con alguna discapacidad. La asociación fue fundada en 1975 por un grupo de familias leridanas, preocupadas por las escasas oportunidades de ciertos colectivos. La sensibilidad hacia lo que ocurre en nuestra sociedad no se soluciona hablando en voz alta, para que nos escuchen, de lo mal que va todo, sino en intentar arreglar lo que tenemos más cerca y está en nuestra mano. En 2013 se constituyo la Fundación Privada ILERSIS, con la intención de continuar con la labor benéfica.

La cuestión es sencilla de plantear (y tremendamente complicada de realizar). La Fundación solo puede sobrevivir si es viable económicamente. Para ello ofrece una gran cantidad de servicios. Los trabajadores que llevan a cabo los servicios son las personas en riesgo de exclusión social. La idea es genial; hacer útiles, dar un sentido, proporcionar un medio de sentirse orgullosos a estas personas, dándole algo tan sencillo, e imposible a veces, como es ofrecerles un trabajo, una oportunidad para salir de su situación de una forma digna. Dar igualdad de oportunidades a los componentes de una sociedad, sin importar sus condiciones de partidas, es mi única definición de democracia. Si queremos una sociedad justa hemos de perder algo de nuestro tiempo en paliar los defectos generados por nuestro estilo de vida. Las personas que ayudan a los demás hacen nuestro mundo mejor y solo podemos darles las gracias. Incluso podemos cooperar, comprando los productos que ponen a la venta.

Una de las actividades de la Fundación Ilersis es la venta de productos gourmet y vino a través de su tienda virtual (por internet para que nos entendamos) Bo de Shalom. He entrado varias veces en su página, es muy usable (muy fácil de entender, enseguida vemos toda la oferta) y me ha sorprendido la calidad y diversidad de los vinos. En la web podemos seleccionar los artículos por denominaciones de origen, por color, por variedades y por bodega. La selección de vinos catalanes es espectacular, siendo una visita obligada para hacernos una idea de que se cuece en, quizá, la región más innovadora elaborando vinos. La empresa prepara cestas y cajas de madera (fabricadas por los trabajadores de la fundación) ideales para regalo, en navidad u otras fechas, nunca es un mal día para celebrar.

Desde cualquier parte del país podemos pedir lo que nos apetezca y nos lo envían. Bebiendo vinos, repantingados en nuestra tumbona, podemos ayudar a mejorar el mundo.

Los vinos que inspiraron los tres instantes.

Carlos, al empezar la colaboración, insistió en mandarme tres vinos para catarlos y hablar de ellos en mi blog. Protesté (tímidamente) insistiendo a mi vez en pagar los vinos (más tímidamente si eso es posible); ¿qué ayuda supone si yo ñes estoy instando a que compren y yo no lo hago?. He de pensar en una forma para restituir el honor que me han hecho al seleccionarme y confiar en mí (probablemente haciendo un pedido de vinos).

Me prometí no degustar los vinos solo, debía compartirlos con otras personas y contarles la historia que había detrás (de cada instante y de cada vino). Mi selección de las personas con quienes compartí la deliciosa bebida crearon tres instantes.

Instante 1. Sòlxarel 2016, bodega Rubió de Sòls.

100% xarel-lo procedente de cultivos ecológicos. Envejecido 6 meses en barrica nueva de roble francés, y 10 meses en botella. Viña del Montsec, la elaboradora es Judit Sogas Sánchez.

Lana, una escritora y divulgadora de vino que vive, como los protagonistas de “Friends” y de “Cómo conocía a vuestra madre”, en el ruidoso New York, había decidido hacerme una visita y comprobar de primera mano si Cold Town, mi pequeña ciudad, era tan portentosamente bella en la realidad como yo había sugerido en nuestro encuentro anterior. Lana viaja por el mundo, disfruta de la vida y bebe vino. Luego cuenta sus aventuras en alguna revista prestigiosa, de esas que a todos nos da envidia porque influyen de una forma decisiva en la intención de compra del público (en nosotros). Al acabar el día, agotados de descubrir maravillas (me refiero a fabulosas catedrales construidas sobre luz, destruidos castillos avergonzados de la derrota, fósiles más antiguos que la humanidad toda, diminutos platos de alta cocina llamados “tapas”) decido acabar el día abriendo una de las botellas. Previsoramente había metido el vino blanco en la nevera y estaba a su temperatura correcta. Quito el tapón de corcho con profesionalidad, vierto parte del contenido en dos copas y tiendo una a Lana.

Terroa- ¿Qué te parece el vino?.

Lana- Esta muy bueno, muy frutal y “juicy” (palabra difícil de traducir, porque sería “zumoso” y “jugoso”). Tiene flores blancas, fruta de hueso (stone fruits, frutas de piedra, el inglés es un idioma curioso) y es bastante especiado. La acidez es francamente buena, equilibrando y…

Terroa- Perdona un momento Lana, pero lo que me estas diciendo no es lo que te provoca el vino, sino una descripción. Una descripción bastante inservible por cierto. La forma de catar anglosajona, por desgracia la que utilizamos todos, no explica lo que este vino es para ti o lo que te provoca. Vuelve a probarlo, siéntelo, y dime que te parece.

Bebemos en silencio.

Lana-Conoces la expresión “confort food”; hace referencia a los sentimientos de nostalgia, asociados a estar en tu casa de niñez y sentirte seguro, cuando pruebas una comida. Este vino me provoca algo parecido, me siento cómoda y protegida. Es un “confort wine” (expresión que creo se inventó en ese momento).

Terroa- A mi me parece transparente, no por el bonito color amarillo, sino porque es honesto, no oculta nada. Lleva a un lugar, no tiene artificios, muestra la filosofía de la autora. Quería catar este vino contigo porque lo vende una tienda on-line para recaudar fondos para sostener una fundación benéfica y voy a escribir sobre este momento. Aparecerás en un humilde blog de vinos en español por una buena causa (Lana, como todas las periodistas de carrera del planeta, aborrece a los bloguers; piensa de nosotros que somos diletantes sin preparación y, por lo tanto, no dignos de crédito).

Lana-muchas gracias, estoy deseando leerlo.

Parece sincera mientras la sirvo otra copa. La botella está vacía. Acceder Sòlxarel.

Vi del Banya 2014, variedades: tempranillo, merlot, cabernet sauvignon y syrah. Celler Matallonga, DO Costers del Segre. Elaborador, Joan Penella.

He quedado con E para ver el futbol juntos. La selección española ya ha sido eliminada y nos reunimos para ver los partidos de otras selecciones, sin sufrir. He preparado algo de merienda y tengo pensado abrir la segunda botella. E es un viejo amigo, con el que he vivido la mayor parte de mi vida, y que forma parte del selecto grupo de lo que denomino “mi familia elegida”. Hablamos de todo y siempre nos sorprendemos cuando tenemos puntos de vista diferentes, cosa que casi nunca pasa (he de reconocer que cierta deriva algo tendenciosa, en uno de nosotros, hace nuestras conversaciones más divertidas y en un tono de voz algo más alto de lo normal). Últimamente E está un poco tristón. Aunque le cueste reconocerlo, es un poco hipocondríaco, y ha tenido un pequeño susto. No es nada grave pero a partir de cierta edad (ya he reconocido que somos “viejos” amigos) el miedo acumulado durante todo el proceso puede quedarse dentro. Al servir la primera copa el vino no capta su atención, incluso le parece “normal”. Hablamos del “asunto” y de lo que no es “el asunto”. Pronto nuestra conversación deriva hacia otros temas, empezando por el lamentable (por los lamentos que provoca) resultado de nuestra selección nacional. El profundo afecto que nos une pronto hace aparecer las sonrisas y las carcajadas. Sirvo la última copa. Bebemos. E apoya la copa en la mesa y me dice,

E- Terroarista, este vino me ha seducido.

Sin duda el vino sabe mejor en buena compañía, eso lo sabemos todos; pero también importa el instante. Incluso a lo largo de una merienda puedes darte cuenta de cómo el ambiente, el entorno que creamos a nuestro alrededor, puede crear un instante en que dos viejos se reconozcan como los jóvenes que fueron, que todavía guardan en alguna parte, no solo de su historia, sino de sus sentimientos. Acabado el vino y el partido, fuimos a buscar a sus hijas. Una de ellas es mi ahijada. Acceder  Vi del Banya.

Camiseta diseñada y pintada por SERGARE.

Finca Comabarra 2012, viñas en Cims del Vilosell a 740 metros de altitud. Variedades: 41% garnatxa negre, 33% syrah y 26% cabernet sauvignon. Producción de 5043 botellas. DO Costers del Segre.

Quedo con mis artistas. Hace algo más de un año contacté con dos chavales muy jóvenes para proponerles trabajar gratis pora una causa benéfica. Pintan murales, fachadas y cualquier superficie que exista en el planeta (y quizá fuera). Fueron tan amables, generosos y resolutivos que desde entonces han pasado a formar parte de mi grupo de amigos. Cada cierto tiempo quedamos, les propongo ideas descabelladas, cenamos y abro algunas botellas de vino. Por lo general ellos se miran, sonríen, empiezan a imaginar soluciones y aceptan todos mis retos.

Me han propuesto una nueva cata artística y, como no, he pensado en ellos. Vienen con otro artista, nueva incorporación del equipo. Esta vez les voy a proponer pintar sobre una superficie nueva, intentar hacer algo que no se haya hecho antes. Como siempre se miran, sonríen y me dicen que es posible. Abro la tercera botella. Vamos exponiendo las ideas que se nos van ocurriendo mientras disfrutamos del vino. Es portentoso ver trabajar a mentes creativas, ven donde nosotros no vemos.

Les pregunto que les parece el vino. Son jóvenes y suelen beber cerveza u otras bebidas de jóvenes, no vino. Aunque quizá nos aporten la razón de tal preferencia.

Artista 1-Está muy bueno, es agradable en la boca, apetece mucho beberlo. No se parece en nada a los vinos que ofrecen en los restaurantes. Desde que te conocemos pedimos alguna vez vino, pero muchos resultan decepcionantes. Este se queda en la boca y deja un recuerdo persistente y limpio.

Artista 2-Es delicioso, parece en su punto, invita a seguir bebiendo. Es maduro, redondo. Tiene algo que no soy capaz de describir pero parece lleno de sabor.

Artista 3-Dejame probar (el día anterior había salido y no estaba en condiciones de degustar el vino, sin embargo las opiniones de sus amigos le habían convencido). ¡Es verdad que es diferente, está guay!

Les cuento de donde viene la botella y que, una vez más, aparecerán aquí, en este blog. Pronto tengo que abrir otra botella. La verdad es que no nos gusta tanto, quizá por la magia del instante, que ha cambiado. Acceder Finca Comabarra.

INSTANTES.

Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
en la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos,
haría más viajes,
contemplaría más atardeceres,
subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido,
comería más helados y menos habas,
tendría más problemas reales y menos imaginarios.

Yo fui una de esas personas que vivió sensata
y prolíficamente cada minuto de su vida;
claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría
de tener solamente buenos momentos.

Por si no lo saben, de eso está hecha la vida,
sólo de momentos; no te pierdas el ahora.

Yo era uno de esos que nunca
iban a ninguna parte sin un termómetro,
una bolsa de agua caliente,
un paraguas y un paracaídas;
si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.

Si pudiera volver a vivir
comenzaría a andar descalzo a principios
de la primavera
y seguiría descalzo hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita,
contemplaría más amaneceres,
y jugaría con más niños,
si tuviera otra vez vida por delante.

Pero ya ven, tengo 85 años…
y sé que me estoy muriendo.

TERROARISTA