Viaje turístico y enológico. Castle Experience
Estaba de viaje por Barcelona y mi amiga Eva me invitó a conocer la empresa en la que trabaja. Se dedica a organizar itinerarios turísticos y de ocio con un eje conductor, el vino.
La propuesta no puede resultar más atractiva. Existen varios itinerarios, desde catas organizadas en bares emblemáticos de la ciudad hasta viajes de un día con golf, visitas turísticas y, por supuesto, todos incluyen cata comentada con visita a los viñedos. Toda la información con los itinerarios, horarios y visitas en la página:
www.castlexperience.com
Salimos de Barcelona a las 9.05. Una de las cosas por las que me gusta visitar Cataluña es que se cumplen los horarios casi a la perfección. Mi itinerario era de medio día e incluía :
- una visita a Monserrat
- visita de una bodega de la zona
- cata comentada de tres vinos de la bodega
- la vuelta a Barcelona sobre las 14.30 horas.
La visita a Monserrat es emocionante. Nunca había estado. Encontrar el monasterio entre las imponentes montañas, la inmensa vista con mar y los Pirineos, la legendaria historia de los moradores del lugar y el hálito espiritual que lo envuelve es una experiencia humana profunda e intensa.
Visitantes de Barcelona, no dejen de acudir Monserrat.
Terminamos la visita y todavía sobrecogidos nos montamos en el autobús. La bodega está a unos 30 mínutos . Nos acomodamos y disfrutamos del paisaje.
La bodega, Oller de Mas, se encuentra en un imponente castillo del siglo X. Enclavada en la D.O. Pla de Bages, posee 400 hectáreas entre cultivos y bosques. La primera parte de la visita transcurre entre los viñedos. La bodega sólo elabora con uvas de viñedos propios, no compra uva. Las viñas más viejas se utilizan para la elaboración del vino más alto de gama, un vino de alta expresión, y las más jóvenes para el resto de la gama. La bodega es pionera en la recuperación de variedades autóctonas y en este momento está elaborando un vino con una variedad casi desaparecida, la picapollnegre.
Los viñedos son explotados en régimen de agricultura ecológica. A lo largo del perímetro han plantado rosales. Los rosales no están ni para embellecer el paisaje ni aportan ningún beneficio directo al viñedo. Están como testigos. Cuando una enfermedad va a empezar a propagarse los primeros en verse atacados son los rosales. De esta forma, el viticultor puede preparar algún remedio para prevenir la plaga.
Visitamos la sala de fermentación y vemos los depósitos. Son pequeños, la bodega no compra uva y solo elabora la cultivada en su propiedad. Tienen un curioso depósito de hormigón con forma de huevo. Estos depósitos tan de moda mantienen las levaduras siempre en suspensión y en perpetuo contacto con el vino aprovechando el movimiento de rotación de la tierra. Todo está muy limpio y ordenado, no es tiempo de vendimia.
Fuimos a la sala de cata. En realidad era una sala acondicionada con unas copas y unas tapas. La cata estuvo perfectamente dirigida por la guía de la agencia. Todos los comentarios fueron correctos. Fue una degustación solo para disfrutar, nada técnica, muy divertida y con bastante información. Nos comimos las tapas, acabamos todas las copas, compramos el vino y nos volvimos para Barcelona. Justo medio día. A las 2.30 llagamos a la Plaza Catalunya.
Una excursión diferente, dirigida tanto a amantes del vino como a visitantes de la ciudad, amena y divertida. Dentro de la oferta de la agencia existe también la posibilidad de irse de vinos por la ciudad, y conocer bares donde se sirven vinos por copas. Una buena forma de introducirse tanto en los vinos de la zona como para conocer el ambiente de la ciudad.
La excursión se realiza en inglés y el precio es de 64 euros.
Los vinos:
- PicapollNegre 2011, 100% picapollnegre, variedad recuperada por la propiedad. Crianza de un mínimo de 9 meses en barrica de roble francés de 300 litros. Interesantísimo vino, con aromas muy personales. En boca es fresco y original. Variedad a seguir para conocer su evolución y su gran potencial.
- Arnau Oller de dos añadas, 2005 y 2009, 100% merlot. Crianza de al menos 12 meses en barrica de roble francés. Vino de alta expresión, se seleccionan las uvas de las viñas más viejas. La producción ronda las 4000 botellas por año. Siempre resulta interesante catar el mismo vino de diferentes añadas. Nos permite observar el efecto del clima cada año y el potencial de envejecimiento. En las dos añadas el vino es estructurado, muy personal. Algo tímido al principio, necesita tiempo para expresarse. El 2006 presenta el buqué típico del paso de los años en botella sin síntomas de agotamiento. Interesante. El más joven mejorará en botella, siendo ahora un tanto hermético.