Bajo el sol de la Toscana 1. Cantina Sator y Podere Marcampo.

“El buen vino te enseña el valor del tiempo” Riccardo Margheri.

Acabo de llegar a Florencia. Ayer estuve en Roma, persiguiendo los cuadros de Caravaggio por todas las iglesias de la ciudad. Al salir de la estación veo de lejos la majestuosa cúpula del Doumo. No la veré más (en este viaje, espero que no en la vida). Han venido a la estación a buscarnos mi amigo Riccardo y la Dulce Elisa. Nos montamos en los coches y enfilamos la carretera del sur, en busca de las bodegas que nos ha elegido la Dulce Elisa, la organizadora y programadora de este viaje de vinos.

Antes de entrar en materia permítanme presentarles a mis compañeros de grupo. Riccardo Margheri, escritor y catador de la única guía que presenta solo vinos elaborados con variedades autóctonas de Italia. Sus dotes como catador y su conocimiento sobre vinos de su país son enormes; conoce todas las bodegas, todos lo elaboradores, todos los vinos. En un momento nos cuenta el programa de los próximos días y nos regala su opinión sobre lo que vamos a ver; bodegas, viñedos, ciudades… Recibimos sus opiniones como alumnos admirados.

Elisa es organizadora de viajes para periodistas y escritores de vinos. Profesional y cercana, se mueve con un encantador estilo entre elegante y funcional (siempre está lista para todo). Su dulzura la convierte en entrañable desde el primer momento. Creo que le resulta divertido tener en el grupo a un español puntual pero algo escandaloso entre tanto americano tan  estirado.

Lana es mi amiga escritora. Inteligente y graciosa (sus comentarios sobre lo que ve son hilarantes) escribirá un libro de memorias que con el tiempo se convertirá en un clásico de viajes líquidos. Algún personaje más nos acompaña pero son irrelevantes para el resto de la historia.

Sator, DOC Montescudaio, Toscana.

Nuestro primer destino es una pequeña bodega en Pomaia, un pequeño pueblecito del municipio de Santa Luce. Nos recibe Gianni Moscardini, el dueño. Dirige la empresa familiar con la ayuda de su hermana Roberta. La hacienda pertenece a la familia desde 1880, pero solo hacen vino desde 2008, cuando fundaron la compañía Sator. Gianni estudió como ingeniero agrónomo y ha trabajado (de hecho continua asesorando) en varias bodegas de Bolgheri. Bolgheri es una denominación muy poderosa, conocida por los grandes vinos elaborados en ella conocidos en todo el mundo con el nombre de Super Toscanos. Los vinos elaborados en esta zona utilizan mayoritariamente uvas foráneas, principalmente de Burdeos. Es normal que la influencia del nombre y el volumen de negocio, empuje a las denominaciones satélites a utilizar las famosas uvas francesas. El viñedo es joven, los viñedos más viejos se plantaron en 2003, y con uvas procedentes de viñedos propios y algo de uva comprada elaboran unas 40.000 botellas de siete vinos con IGP (Indicación geográfica protegida) Toscana y DOC (denominación de origen controlada) Montescudaio.

Lo más sorprendente del viñedo son los suelos. Son suelos depositados por la corriente de un río, pero en estratos. Al visitar el viñedo te das cuenta de una peculiaridad difícil de explicar si no lo ves. Primero, y más cercano a la parte baja de la colina (todos lo viñedos están en pendiente) se depositan los materiales más pesados. Sobre todo hay piedras y la tierra es negra de origen volcánico. En la parte media casi no hay piedras; las pocas que hay son más ligeras, también de origen volcánico, y el componente principal es arcilla. La tierra es un poco más clara. En la parte de arriba de la pendiente la tierra es blanca, caliza. Buscando con atención encontramos pequeños trozos de conchas marinas, lo que atestigua su origen marino.

En la hacienda se hace vino desde siempre, exclusivamente para consumo familiar o como mucho local. Antes del año 2000 la hacienda producía cereal, aceite, forraje para ganado y vino en pequeñas cantidades no comercial. Debido a su trabajo de asesor, cuando en 2008 decide dar el salto de elaborar, no partían de cero. Tenían los contactos, conocían a los distribuidores, etc. El enólogo es Emiliano Falsini, un reconocido experto en la zona.

Gianni recoge cada suelo por separado, cuando las uvas están maduras, no tienen el mismo ciclo en cada tipo de suelo y vinifica por variedades.

Los vinos de la bodega son:

SATOR IGT Toscana Vermentino

SATOR IGT Toscana Rosato

SATOR DOC Montescudaio

SILENO IGT Toscana Ciliegiolo

SILENO IGT Toscana Merlot

SILENO IGT Toscana Sangiovese

OPERAUNDICI DOC Montescudaio.

Podere Marcampo, Agroturismo y bodega en medio del campo toscano, en la comune de Volterra.

Claudia nos viene a buscar con su coche. Antes de llegar a la “azienda” nos para en lo alto de una montaña, para visitar una vieja abadía en ruinas. Desde lo alto de la colina vemos el magnífico jardín toscano, rodeado de suaves colinas. En medio de esta maravilla, diminuta en medio del valle, nos señala su casa. Descendemos con el coche para entrar en el Podere (casa grande rodeada de terreno agrícola, generalmente dirigida por una sola familia). La casa, una mansión del siglo diecisiete totalmente restaurada, pertenece a la familia desde 2003. Cuando la compraron era una ruina abandonada.

La trayectoria de la familia no está vinculada a la elaboración de vino. El padre, Genuino de Duca, viene de los Abruzzos. Era “carabiniere” destinado en Toscana. Dejó el cuerpo y decidió dedicarse a la hostelería. Pero su gran deseó era hacer vino, y dejar la hacienda a sus hijos. Encontró el Podere Marcanpo y lo compró. A día de hoy la familia compagina el restaurante en Volterra, la elaboración de vinos y el agroturismo; la gran casa alberga varios apartamentos muy bien acondicionados y muy cómodos.

Damos un paseo por los viñedos. Las viñas son jóvenes, fueron plantadas en 2005. El terreno nunca ha tenido ni pesticidas ni fertilizantes químicos. La inusitada belleza del entorno te envuelve. Las suaves montañas abrazan el valle. En lo alto vemos la abadía en ruinas y una gran iglesia de Volterra. Es idílico. El suelo de la viña es blanco, de origen marino. Es tan salino que las raíces no pueden profundizar mucho, la sal de subsuelo lo impide.

Pasamos a la sala de catas, una caseta de grandes ventanales abiertos al valle, donde catamos los vinos y comemos. Manjares toscanos aparecen sobre nuestra mesa.

Para ser agroturismo en Italia debes ofrecer al menos dos productos elaborados o producidos en la explotación. Cada mañana ellos cuecen el pan. El fiambre ha sido elaborado por el padre. Los tomates y parte de las verduras son de su propio huerto. El aceite es de un vecino. Ellos tienen su propio aceite pero se les ha terminado y están cosechando en este momento las aceitunas. Antes de terminar la comida nos traen aceite recién exprimido y sin filtrar. Los quesos son producidos por varios artesanos del valle. El colorido y el aroma de los platos nos envuelve. Por la noche iremos al restaurante en Volterra. Volterra es un precioso pueblo en lo alto de una alta montaña. Desde el mirador de la ciudad se vislumbra el hermoso valle, las lejanas montañas y, en los días claros, el lejano mar. Muy antiguo, de la época etrusca todavía se conservan vestigios, su apogeo vendría en la edad media. Caminar por sus calles es retroceder en el tiempo, más hoy. Están rodando la tercera temporada de Los Médicis y han decorado el pueblo. Iluminado solo con antorchas, te parece vivir un viaje en el tiempo. El restaurante de la familia de Claudia, Ristorante Enoteca Di Luca, es uno de los mejores de la ciudad. Durante la cena tendremos la suerte de degustar la cocina local acompañada con las más viejas añadas de la bodega. El plato de risotto con trufa tardará en irse de mi memoria.

Claudia, dándonos a probar el vino «cotto» del abuelo, solo para la familia.

Los vinos son todos personales y muy agradables, muy bien elaborados. Tienen un enólogo encargado de la elaboración, pero es Claudia la que toma todas las decisiones. También se encarga de las relaciones públicas (estudió comunicaciones, se especializo como sumiller, habla cuatro idiomas y se encarga del mercado extranjero). Vender vino de Toscana de una zona que no conoce nadie es difícil, nos cuenta. La zona no tiene denominación de origen; en la actualidad están trabajando para obtener la DOC Terre di Pisa. Los vinos son todos IGP Toscana.

Terrablu IGP Toscana Vermentino. Delicioso vino blanco de aromas frescos y textura mineral.

Genuino IGP Toscana. Variedades 80% Sangiovese y 20% Merlot. Tiene el nombre del padre. Vino maduro, potente, en su momento óptimo.

Marcampo IGP Toscana. 50% Sangiovese y 50% Merlot. Cada año compran tres barricas para el Merlot. Cuando tienen tres años se usan para el Marcampo. Para el Sangiovese solo toneles. Buena acidez, muy elegante.

Severus IGP Toscana Rosso. 100% Sangiovese. Un vino brillante; explota en la boca con sabor, muy elegante, fresco y alegre. Muy bueno.

Giusto Allé Balze IGP Toscana. 100% Merlot. Mucho cuerpo, buena acidez y largo posgusto.