Bodegas Portia, el diseño futurista de Norman Foster.

“As an architect you design for the present, with an awareness of the past for a future which is essentially unknown”, Norman Foster.«Un arquitecto diseña para el presente, con conciencia del pasado para un futuro esencialmente desconocido»

Desde el mirador de mi nave espacial, a punto de “tomar tierra”, contemplo los campos burgaleses repletos de viñedos, bajo el rotundo azul de un cielo vibrante. Me encuentro en el mirador de uno de los edificios más singulares del mundo. Sir Norman Foster, el famoso arquitecto inglés, tardo siete años en concebir, construir y decorar un sueño. Cuando recogió sus bártulos y se fue, a sus espaldas quedaba una bodega emblemática, única en belleza y funcionalidad, un referente en arquitectura.

El inteligente edifico esta diseñado como una flor con tres pétalos o un trébol de tres hojas. Algunos sugieren que es una estrella de tres puntas, aun no se han dado cuenta que en realidad tiene la forma de una nave interestelar. Los colores rojo arcilla del acero de la cubierta y gris piedra del hormigón se difuminan en el paisaje sin fin, mimetizándose con el entorno. La entrada parece una fortificación en los límites de la galaxia. Dos rampas, por donde suben los camiones con las uvas, marcan la forma de estrella (nave espacial).

ARQUITECTURA Y DESEÑO.

Empiezo diciendo que Sir Norman Foster es uno de mis arquitectos predilectos. Sus obras son originales y espectaculares, pero eso per se no es virtud, hay muchos arquitectos que consiguen esto, para mí la mayor virtud de Foster es la funcionalidad de sus edificios, están pensados para el uso que se les va a dar, resultan cómodos para el usuario, y esto ya no es algo que se pueda decir de todos lo arquitectos. En este trabajo vuelve a conseguir un edificio 100 % lógico, 100 % preciso y 100 % adaptado a su uso.

Es un referente mundial, probablemente en el mejor arquitecto de la era global. Tiene obras a lo largo de todo el planeta y considero un gran acierto su elección por parte de la la familia Faustino para la edificación de la bodega. El inmenso edificio se encuentra situada en la provincia de Burgos, en las proximidades de Aranda de Duero, en el municipio burgalés Guzmán de Izán.

El diseño ha sido merecedor del prestigioso premio RIBA 2011, otorgado por el Royal Institute of British Architecs. El edificio, de 12.500 m2, ha costado 25 millones de euros.

La bodega se encuentra situada en una loma y aprovecha la orografía del terreno adaptándose a él, quedando semienterradas las alas dedicadas a la crianza y envejecimiento, obteniendo así unas condiciones óptimas. La cubierta de acero corten color arcilla y tierra, y las paredes de hormigón, color piedra, formando una parte más del paisaje. La nave dedicada a la fermentación queda por encima del terreno favoreciendo la eliminación del dióxido de carbono. El arquitecto utilizó la especial topografía del terreno para crear un edificio ecológico, con un consumo mínimo de energía y un reducido impacto visual sobre el paisaje. Está diseñado para que todo el tránsito del vino se puede llevar a cabo por gravedad. Los camiones para descarga de la uva tienen un vial de acceso por una cubierta transitable encima del edificio.

El segundo pétalo es la nave de crianza, donde las barricas hacen su lento trabajo sin estrés. Al abrirse las puertas tienes la impresión de entrar en una pirámide o un grandioso palacio antiguo en subterránea semipenumbra. El tercer pétalo es donde descansan las botellas esperando el momento de salir al mercado. El diseño sugiere ariscos acantilados de vidrio imperturbable. Todas las naves tienen ventanas de policarbonato de color rojo, que marcan el nivel del suelo. La luz roja se refleja en el acero y el vidrio, brillando como el vino tinto dentro de una copa.

La parte común se dedica al recibimiento de los visitantes. El espacio, con aspecto de museo, acoge muestras artísticas organizada por la dirección que se renuevan periódicamente. En este momento esta lleno de coloreadas y brillantes esculturas de José Manuel Robles.

La visita a la bodega incluye todas las estancias y finaliza en una tienda donde se pueden comprar los vinos elaborados en al bodega. La edificación incluye un bar, donde se puede tomar un café o un vino acompañado de tapas de diseño. No es necesario hacer la visita para acceder al bar o al restaurante. La comida es, como el edificio, de diseño integrado en la cocina local. El restaurante dispone de una terraza, es mi mirador de nave espacial. Un enorme ventanal se abre a los viñedos. Una parte del suelo es una piscina de agua casi inmóvil con el fondo de piedras negras, donde se refleja el cielo, creando la sensación de volar.

Desde la carretera se ve la genial edificación, al menos una parte de los depósitos (realmente lo que se ve desde afuera no son los depósitos, pero da esa impresión). Deténgase y de una vuelta por el interior, deguste un buen vino (si no es el conductor) y siéntese en el mirador a sentir la sensación de acercarse a la tierra mientras contempla el infinito de la estepa castellana repleta de viñedos.

Portia es el nombre del séptimo satélite de Urano. Hace referencia a la bodega, es la séptima bodega de la familia Martinez Zabala, propietaria del Grupo Faustino. Portia también significa ofrenda en Latín. Sin duda es un gran regalo de la familia de Faustino a Ribera del Duero y a Burgos.

LOS VINOS.

-Llegamos tarde a la Ribera del Duero- nos cuenta el enólogo de la bodega, Raul Quemada- ya que había muy buenas bodegas que elaboraban muy buen vino. Desde el principio la idea fue ser diferentes, hacer vinos de calidad en un edificio de referencia. Por eso se eligió a Norman Foster. Durante dos años Sir Norman y su equipo vinieron a las bodegas del grupo a empaparse de la filosofía empresarial de la familia y conocer las necesidades específicas de una bodega de elaboración. La bodega empezó a edificarse en 2006 y se termino, después de solventar numerosos problemas, en 2010. Hoy es la única bodega diseñada por Foster y un referente en belleza y funcionalidad.

Pero nosotros somos bodegueros, nuestra labor es hacer buenos vinos. La primera añada fue 2003, muy difícil debido al calor. La elaboración fue en una bodega de alquiler. Tenemos 160 hectáreas en propiedad, la mayoría comparada para ser plantadas, exclusivamente de uva tempranillo. Elaboramos con uvas de viñedos propios, excepto en años como el 2017 que perdimos casi el 80% de la cosecha y nos vimos obligados a comprar. Todos los trabajos se realizan por gravedad, sin golpear al vino. Este es el resultado.

Nos sirven los vinos. El verdejo tiene el amargor amable de los verdejos de verdad. Los vinos tintos, todos de uva tempranillo de viñedos propios, representan la modernidad de la Ribera del Duero. El roble es vivo y fresco, el crianza recuerda la tierra de la que viene; Portia Prima es potente y necesita tiempo para contar su historia con todos los matices; Trienia es profundo, serio, de rústica elegancia.

TERROARISTA Y COLABORADORA 2.