Los mejores vinos de la semana (sección de periodicidad no semanal, perdonen).

“El número ideal de botellas de vino en cualquier tipo de reunión es el número de personas invitadas mas una. El número ideal de invitados para cualquier tipo de reunión es de 7 a 9 personas”. Un sumiller experto en recepciones.

 

La mejor forma de escuchar comentarios inteligentes e interesantes, ampliar tus horizontes mentales y añadir conocimiento relevante a tu acervo cultural sobre vino consiste en organizar reuniones donde todos los invitados sean considerados como “personas con una desproporcionada inclinación al consumo de zumo de uva fermentado” por todos sus amigos y seres queridos y obligarles a acarrear una botella de líquido con alcohol, añadido o no, a una reunión con pretensiones de crear cultura. Cada botella ha de estar cuidadosamente tapada para no dar pistas sobres su contenido y ser abierta por su alegre porteador. Una vez consumidas todas las botellas el anfitrión suele “venirse arriba” bonita alocución cuyo significado implica, en este caso, la apertura de una segunda botella de su preciada colección, por lo general una de las mejores. De esta forma tenemos el número ideal de botellas a consumir en una reunión de amigos (del vino), número de invitados más una.

 

La cata a ciegas suele deparar curiosas sorpresas. Criticas ferozmente algún producto que viendo la etiqueta defiendes con amor, calificas de “vinillo sin pretensiones” las marcas más prestigiosas, te enamoras de elaboraciones de zonas recónditas y pasas un buen rato sobre la clara obviedad de que no sabes nada y no hay tantos que sepan algo. En el próximo post expondré (por no reconocer abiertamente que copiare sin rubor) el método más utilizado para tratar de identificar el origen y variedad de un vino. Pero la mayoría fallamos casi siempre, así que es probable que no sea muy fiable.

 

Vinos de la semana.

Dos de los vinos seleccionados hoy son biodinámicos. Escribí un post sobre (el embaucador y más que probado timador) Rudolf Steiner, inventor de la biodinámica, y la razón por la cual un sistema tan irracional puede funcionar. El tercero está destinado a convertirse en un clásico por derecho propio.

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Miranius 2014.

Viñedos Celler Credo, 8 hectáreas en el Alto Penedés, Barcelona. Agricultura biodinámica y ecológica. Botella EcoBottle, de menor peso y mayor sostenibilidad.

Variedades: 91% xarel-lo, 9% macabeo.

Miranius es un tipo de zorro que entra en los viñedos de la finca y disfruta de las uvas maduras. Dejan crecer una cubierta vegetal para favorecer la nutrición y drenaje del suelo. No utilizan ningún producto químico de síntesis aplicando exclusivamente tratamientos con plantas medicinales (fitoterapia) para controlar las plagas y reforzar las cepas.

Las vendimias se realizan a mano. Todas las uvas proceden de sus viñedos y es elaborado y embotellado en la propiedad.

Es un vino transparente, con una gran acidez realmente sorprendente, fácil, agradable, quizá algo tímido. Fresco, sirve tanto para quitar la sed como para reconfortar el ánimo. Aperitivo perfecto, ganará complejidad en botella. Precio del vino: menos de 10 euros.

 

Los Cantos de Torremilanos 2013.

Bodegas Peñalba López S.L. D.O. Ribera del Duero. Variedades: 95% tinta fina del país, 5% merlot.

En la etiqueta podemos leer una crianza de 12 meses en barrica de 225 litros, pero en realidad es un poco más compleja (y secreta). Las barricas son siempre de varios usos (nunca barricas nuevas). La contraetiqueta es de vino joven.

La bodega cuenta con 200 hectáreas de viñedos con exposición noreste a una altitud entre 800 y 900 metros. El suelo procede de materiales arrastrados por el río durante miles de años. El rasgo más distintivo de la propiedad y que más carácter aporta a los vinos son los cantos rodados en la superficie del terreno. En Burgos el clima aporta grandes contrastes de temperatura entre el día y la noche. Todas las uvas son recogidas a mano. La bodega cuenta con tonelería propia. Alguno de los viñedos rondan los 100 años de edad.

El perfil gustativo es bastante original, lejos de la madera imperante y los taninos comestibles de la mayoría de los vinos de la zona. Es casi discreto, elegante, con la característica firma terrosa de la denominación, más mineral que frutal, directo y sutil. La añada 2013 fue francamente difícil y todo el trabajo desarrollado para dominar los sabores “verdes” o de poca madurez de la uva y controlar la acidez, bastante presente y vibrante, nos permite disfrutar de un buen vino de un año “perro” (forma en la que denominan en la zona un año malo). Precio del vino: menos de 10 euros.

 

Amontillado Callejuela.

Bodega Callejuela. Crianza bajo velo de flor con posterior encabezamiento (añadir alcohol al vino) para continuar con crianza oxidativa. Ambas crianzas utilizaron el sistema jerezano de criaderas y soleras. Tiempo mínimo entre las dos escalas de envejecimiento, 12 años. Variedad de uva: palomino del pago de Añina.

El mayeto era el trabajador de la viña de Jerez, conocedor de los suelos y de los mejores emplazamientos, que con el tiempo llegaba a poseer su propia bodega donde elaborar lentamente vinos delicados y casi espirituales o con fortaleza y cuerpo. Francisco Blanco Martinez, “el Blanquito”, fundo la bodega en 1980 después de ser jornalero durante más de 20 años. Pronto empieza a comprar viñas: 5 hectáreas en el Hornillo, otras tantas en Macharnudo, la Añina en la finca Las Mercedes de Jerez o la Casilla entre otras. Más de 28 hectáreas entre Sanlúcar, Jerez y El Puerto. Sus hijos, Pepe y Paco, se hacen cargo de la bodega en 1998 y crean la marca Callejuela. Su intención es mantener la bodega familiar continuando con el trabajo en la viña. Embotellan las primeras botellas de manzanilla en 2005, hasta el momento todas las ventas habían sido a granel. En 2015 sacan al mercado una pequeña colección de vinos viejos: Quinario, El Cerro, Blanquito y La Casilla.

El amontillado es un vino cuya elaboración es patrimonio de Jerez, no se produce en ningún otro lugar del mundo. Empieza con una larga crianza en contacto con una levaduras indígenas de la zona de Jerez. Las levaduras cubren con una espesa capa de moho el vino. Esta capa se denomina velo de flor, e impide el contacto del vino con el oxígeno, protegiéndolo. Al mismo tiempo las levaduras provocan un cambio en la composición del vino. Terminado el proceso de crianza biológica o de velo de flor el vino se encabeza, se le añada alcohol con el fin de crear un medio inhóspito para las levaduras. Estas mueren y el vino empieza una crianza en contacto con el oxígeno. Las levaduras del velo de flor consumen casi la totalidad de la glicerina, convirtiendo al vino en una brisa aromatizada. La fase oxidativa aporta aromas y color. Pocos vinos expresan con tanta sutileza y elegancia tantas sensaciones. Sin exagerar, es el vino más complejo del mundo.

Amontillado Callejuela es salino, sustituye la poca acidez propia de climas cálidos por la sensación salitrosa que nos hace salivar, convirtiéndolo en un vino fácil de tomar. El poco cuerpo convierte la entrada en boca en un suspiro, muy elegante. El alcohol no quema, está perfectamente integrado. La secuencia de aromas y sabores es abrumadora, saciando nuestros sentidos y dejándonos un poco atontados después de tanta información. Desaparece el líquido dejando un largo y grato recuerdo. Vale de aperitivo, para comer, para fumar y para charlar. Un vino enorme. Imprescindible. Precio del vino: menos de 10 euros.

 

Comentario final.

Los dos vinos biodinámicos sorprenden por su honestidad y la presencia de suelo (entendido como la capacidad del terreno de aportar características diferenciadoras). El trabajo desarrollado en el campo, el imperativo de utilizar únicamente viñedos propios y el amor hacia la naturaleza da sus frutos. Vinos tan aparentemente fáciles y delicados son una hazaña incluso hoy en día, donde la madera, la estructura y los “ potentes imbebibles” son la norma.

Al amontillado es un vino espectacular, aunque probablemente requiera un adiestramiento previo para entender su gran envergadura. No es un vino para principiantes. Abrí la botella y la dejé en el frigorífico (una de las grandes ventajas de estos vinos es que pueden estar abiertos días e incluso semanas y no se alteran sus cualidades) haciendo pruebas para encontrar el momento ideal de consumo. Bebí alguna copita de aperitivo, comí con otra copita, invité a un colega a fumarse un puro y la acabamos una noche a las tantas de la mañana. Incluso utilicé un chorrito para cocinar. En todos los momentos fue una estrella.

Hoy todos los vinos cuestan menos de 10 euros. Ha sido pura casualidad.

 

TERROARISTA