Nueva sección todavía sin título. Mis mejores vinos de la semana.

 

Carlos Enoarquía ‏‪@CarlosEnoarquia‬ 6 jul.

Un vecino tira la basura al mismo tiempo que yo tiro 20 botellas de vino al contenedor. Me mira alzando el hocico; desdeñoso. Cada semana.

Copia de un tuit de la cuenta de @CarlosEnoarquía.

 

Después de mucho recapacitar y de mirar mi blog (espero que releer tu blog de forma compulsiva sea una práctica general de todos los blogueros) he llegado a una conclusión algo desalentadora. Técnicamente tengo un blog de vinos y me paso pensando sobre (y bebiendo el) líquido evocador y sugerente de cientos (literal) de botellas degustadas a lo largo de arduas sesiones de trabajo brutal (entiendo que opinen que es una exageración). Mi técnica para tirar las botellas y no tener que soportar el callado (y crítico) escrutinio de mis vecinos es poner cada semana todas las botellas, después de haberlas fotografiado, en el carro de la compra e ir alegre y tintineante hacia el mercado. A mitad de camino hay un contenedor de reciclado y deposito con pena cada carcasa de placer recordando en cada una cuanto me han hecho disfrutar.

Lo que quiero decir es que a pesar de estar en una posición en la que podría recomendar vinos en mi blog, de hecho eso es lo que se supone debería hacer, no lo hago. De mis últimos 20 post apenas sale el nombre de los vinos que bebo. Es cierto que todo está relacionado de alguna manera con los vinos y me gusta pensar que mi punto de vista es original y de alguna forma comparto mi pasión con otros apasionados. Pero quizá, y es un quizá muy gordo, debería prestar más atención a los vinos que bebo y sobre todo poner mi experiencia a disposición de mis (os admiro y aprecio de verdad) lectores.

Por lo tanto he decidido escribir un post y poner una foto cada semana de los tres vinos que más me hayan gustado y una breve descripción de cada uno. Habrá semanas que esté fuera pero si tengo humor y ganas, al final la pereza es el mayor enemigo de sentarse a escribir, escribiré sobre vinos que ya haya probado y de los cuales haya hecho una foto (en el momento actual, de las más de 5000 fotos que se acumulan como escombro en mi computador unas 4000 serán de vinos y el resto de mis seres queridos (muchas fotos de los seres queridos, lo sé, pero me da pereza borrarlas)), y espero que sea una sección que florezca a lo largo de los años.

Bueno, vamos a empezar:

 

Nueva sección todavía sin título. Los tres mejores de esta semana.

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Manzanilla Madura Callejuela. D.O. Manzanilla-San Lúcar de Barrameda.

Variedades: palomino. Crianza: 7 años en sistema de soleras y criaderas. Suelo: albariza en el pago de Callejuela. Enólogo: Ramiro Ibáñez. 

El Marco de Jerez es la zona más meridional de elaboración de vinos de calidad. Tres factores principales propician la recolección de uvas potencial de elaborar vinos de excepción: el tipo de suelo, albariza, un suelo de cal que brilla de forma cegadora en verano, su proximidad al mar y los vientos de poniente generados, frescos y húmedos y la demarcación de los mejores emplazamientos. Existen registros de calificación de estos pagos del siglo XVlll y desde entonces se ha mantenido su abolengo y siguen siendo los principales responsables de las grandes elaboraciones.

Y por otro lado está el hombre. Un mayeto era un trabajador de la viña en Jerez. Uno de estos mayetos, Francisco Blanco Martinez, más conocido como Blanquito, abrió una pequeña bodega hace más de dos décadas. En 1998 sus hijos Pepe y Paco siguen con su trabajo contando con viñedo en Macharnudo (el más famoso de los pagos de Jerez), Aniña y Callejuela.

 

Manzanilla elegante, poco punzante y muy sutil. No satura y toda su complejidad se despliega en el olfato y en la boca sin prisa, sin saciar, con un final claramente salino que le aporta un posgusto inusualmente largo. Sorprende en su sencilla complejidad. Será, por derecho propio, uno de los mejores vinos del mundo en relación calidad/precio. Menos de 10 euros. Solo me queda una botella y todos los días la miro con pena y deseo. Imprescindible.

 

Spiga 2009, D.O. Ribera del Duero.

Variedad: tinta del país. 13 meses de barrica. Enólogo: José Spisso. 

 

El suelo es un meandro del Río Duero en Berlangas de Roa. Desde la viña se puede oír el discurrir precipitado del río. El meandro está formado por aluvión y piedra arrastrada por el río desde las montañas. Es un paraje singular y tremendamente diferente. Las cepas son viejas, en vaso, y los propietarios, la familia Ortega Fournier son elaboradores en varios países. El enólogo de todas las bodegas es el mismo para mantener la misma personalidad en toda la producción.

Es un Ribera clásico, potente y aterciopelado. Las buenas cosechas de la zona permiten hacer vinos longevos, complejos y elegantes. Es de agradecer que la añada que están comercializando ahora sea esta extraordinaria 2009. La bodega no saca los vinos a la venta hasta que están completamente hechos y listos para beber. El 2009 puede beberlo ahora y dentro de 10 años. Buenísimo. Sobre 15 euros.

 

Le Batard Cebreros 2013. Vino de la Tierra de Castilla y León.

Variedad: garnacha.

Los grandes elaboradores del país son conscientes de la enorme riqueza de las viñas viejas de garnacha de la zona de Gredos. Raul Perez, el mayor valor de los elaboradores españoles, es consciente de la singularidad de estos viñedos y ha ido allí a elaborar. Las uvas proceden de viñas viejas de suelos graníticos con orientación norte. Fermenta la vendimia entera con raspón y las levaduras autóctonas en tino de madera abierto y posterior crianza en barricas usadas de roble francés de 500 litros.

 

Vino más elegante que complejo, algo alto de acidez y realmente directo. Pasa rápido hasta un final amargo donde percibimos la astringencia. No demasiado largo pero evocador. Sobre 20 euros.

 

TERROARISTA