Vinexpo, casi perfecto.

 

 

Llegar a Burdeos. El nombre evoca el lujo y el glamour. La ciudad, patrimonio de la humanidad, es magnífica y bella. Nos alojamos en un hotel a las afueras, un poco lejos. No es un gran inconveniente si tienes coche, pero es una condena si no tienes. La ciudad está invadida por vendedores, sumilleres, exportadores, elaboradores, restauradores y un millar más de amantes del vino. Ha empezado Vinexpo y, durante los próximos días, es una ciudad tomada.
Vinexpo es la gran feria de vino internacional. Existen al menos otras dos ferias capaces de competir con Vinexpo en tamaño y calidad de los vinos presentados, Prowain en Alemania y London Wine Fair en Londres, pero ninguna puede competir con Burdeos y su historia.
Nuestra rutina diaria es más o menos igual cada día. Levantarse pronto, aguantar el pequeño atasco diario en dirección a Vinexpo, disfrutar al máximo de todas las actividades programadas y de todas las cata a las que podamos asistir, probar los vinos de las zonas del mundo más interesantes y a las 18.30 ir al centro de Burdeos, turistear un poco, cenar y al hotel.
La ciudad es singular y hermosa. Merece la pena perderse paseando por plazas y calles un poco más estrechas e ir descubriendo iglesias, bares de vinos, edificios regios y puentes majestuosos. El inmenso Garona recorre la ciudad proporcionando unas vistas únicas. Se come bien sin ser caro aunque en ningún caso barato. El tráfico es feroz, pero al ser la ciudad pequeña los atascos son molestos sin llegar a dramáticos.
El Parque Ferial se encuentra a las afueras, a unos 30 minutos del centro. Las instalaciones son pasmosas. Todos los expositores y actividades se encuentran en tres recintos de diferentes dimensiones. El Hall 1 es el más grande y en el se encuentran la mayoría de los expositores, por lo general agrupados por países. El Hall 2, bastante más pequeño, se dedica en exclusiva a la organización de catas y pequeñas muestras de vino agrupados juntos por alguna razón, por ejemplo, los ganadores de los Premios de Bruselas. El Hall tres alberga a unos cuantos expositores más y dos salas utilizadas cada día para más eventos relacionados con el vino. A lo largo del larguísimo Hall 1, en uno de sus lados, se encuentra el lago. En la pequeña franja entre el Hall y el lago es el lugar donde se encuentran todos los bares y restaurantes bajo carpas de lona. El efecto de los restaurantes, elegantemente preparados, con el lago al fondo es fascinante. Las horas de apertura de los restaurantes es bastante amplia y, a pesar de las inevitables colas no excesivamente largas, la comida es de calidad y el servicio bueno. Al otro lado del lago esta el ,. Para llegar a el no hay que dar toda la vuelta al lago. Una pasarela casi a ras de agua une los dos puntos. Increíble.
La organización alquila unos autobuses para acceder a la feria. Durante todo el día, con una frecuencia bastante alta, los autobuses recorren la ciudad por diversas rutas pasando por los principales hoteles y la estación de trenes recogiendo a los visitantes de Vinexpo. Las mismas navetes vuelven cargadas de visitantes a la hora del cierre. El programa de actividades y catas es una selva. Tardas un rato en leerlo completamente y días en decidir a cuales vas a acudir. Evidentemente, no se puede ir a todo.

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El programa de actividades, como el resto de la información sobre el horario de las navettes, horarios de apertura, etc. están en la página web de Vinexpo. El programa viene estructurado por días y por horas. Muchos coinciden en la hora, de ahí la necesidad de elegir. Cuando pinche en la actividad a la que quiera ir, se desplegara la información sobre la actividad. Dentro de la información hay una línea en la que indica la forma de acceso a cada actividad.
Puede ser:

  • sobre inscripción
  • sobre invitación
  • entrada libre.

y debajo las coordenadas del organizador de cada actividad.
Parece complicado pero la solución para entrar en todas las actividades es la misma. En todas hay que registrarse, incluso en las de entrada libre. Si se hace con tiempo no hay ningún problema. Para los talleres de vino y comida es exactamente igual. En caso de estar todo lleno, una buena opción es ir a la cata 15 minutos antes de empezar y apuntarse en la lista de espera. Prácticamente siempre falta alguien y los organizadores ocupan las plazas con los apuntados en la lista de espera. El horario se cumple bastante bien, con solo 10 minutos de retraso protocolario para sentar a los últimos invitados.
Poco más que decir. Organización perfecta, azafatas guapas, profesionales y amables (lo mismo vale para los chicos), con muchos puntos de información y de descanso con vistas al lago, copas Riedel, todo tipo de material para las catas y,…, bueno, de todo. Las cosas se pueden hacer casi perfectas.
No he hablado de los vinos todavía. Hubo burdeos, muchos burdeos, de todas las zonas, alguno muy bueno. Borgoña, Piamonte, Toscana, California, Mendoza…todo el mundo metido en un botella. Hubo buenos momentos, intensos y emocionantes. También tachamos alguno de la lista de “los vinos que hay que probar antes de irte al otro barrio (o lo prohíba el médico)”.

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Los momentazos:

Lunes, primera hora de la mañana. Cata BIWA mejores vinos de Italia. Una de las mejores catas a las que haya asistido.
Los BIWA son unos premios inventados por…. elegido mejor sumiller del mundo en el campeonato celebrado en… El jurado esta formado tanto por expertos italianos como por otros invitados de fuera de Italia. El año pasado descubrí los vinos italianos, grandes desconocidos en nuestro país, y me quede impresionado. En esta cata probé tres vinos que tardaré en olvidar, dos barolos del Piamonte y un brunelo de Montalcino.
Martes, pronto por la mañana, en casa de Vidal Fleury. Cuando estuve visitando el norte del Ródano me invitaron a cenar en su bodega. Antes de la cena pudimos asistir a una clase magistral impartida por .… para todos los invitados sobre la Côte Rotie fue concisa y clara, explicándonos las características diferenciadoras de esta zona mágica. Fueron super amables. Al pasar por delante de su stand en Vinerxpo nos detuvimos un momento para saludarles y les volví a dar las gracias por una noche tan agradable. Por supuesto no me reconocieron pero me saludaron amablemente y nos insistieron en catar los vinos. Nos sirvieron y explicaron todas las marcas tops de las diferentes zonas donde producen. Côte Rotie, Hermitage, Chatenneuf du Pape…acabamos con un vino de viogner de la zona de Condrieu. Pocos vinos pueden causar tanta emoción.
Miércoles, muestra de la añada 2014 de vinos de Burdeos. Muchos de ellos muestra de barrica, aunque alguno ya están embotellados. Los burdeos tan jóvenes son difíciles de beber, no han desarrollado ninguna de sus características y el tanito es verde y violento. Son vinos oscuros, contrarios a los nuestros, herméticos y claramente de clima atlántico. Los Sauternes eran todos muestra de barrica. Presentados en papel de oro o planta parecían joyas envueltas para regalar. Deliciosos, frescos, largos, sublimes. Una caricia para los sentidos.
Jueves, último día. Pocas actividades y ambiente frenético. Los expositores están recogiendo. Todo el mundo esta cansado. Hay programada una cata a ciegas dirigida por Paolo Basso, actual campeón de Best Sommelier of the World.
Cuando entramos los vinos ya están servidos. Nos sentamos y nos explica como es el sistema de puntuación. Hay cuatro vinos blancos, cinco tintos y uno especial. Acertar el país de origen vale 5 puntos, la variedad 3 y la añada 2. Cada vino es presentado y catado por Paolo. Da alguna pista, pero no muchas Cuando vemos los vinos sorpresa, hay uno español. La idea es genial y divertida, los vinos fantásticos y muy representativos de cada zona y hay emoción hasta el final. De verdad creí que iba a ganar. No quede ni de los tres primeros.