Viaje a Borgoña II

Para visitar Borgoña es preciso hacerlo en coche, y el mejor punto de partida es Dijon. Se puede alquilar un coche en la estación de trenes. Hágalo por internet, es mucho más barato y no le cobrarán la tasa de estación.
Dijon es una preciosa ciudad con muchos lugares para ver. Es recomendable dedicar un día entero a pasear por la ciudad, un poco más si está interesado en visitar los monumentos y museos. Pero si lo que desea es ver los viñedos, deje la visita para la vuelta, coja el coche y en marcha!!
El viñedo de Borgoña se divide en:
  • Yonne, al norte de Dijon y cuyos vinos más famosos son los de Chablis.
  • El sur de Dijon y por este orden: la Côte de Nuits y la  La Côte de Beaune, las dos zonas más prestigiosas y que forman la denominada Côte D´Or, La Côte Chalonnaise y El Mâconnais. Con respecto a Beaujolais hay quien dice que pertenece a Borgoña y otros que no. En la página oficial de los Vins de Bourgogne no aparece, por lo cual nos inclinamos a creer que no pertenece.
Las dos primeras, La Côte de Nuits y la Côte de Beaune son las más prestigiosas, están unidas geográficamentes (es la misma carretera) y se las conoce como la Côte DOr. La primera parte del viaje, justo hasta Beaune, es más conocida por sus vinos tintos. Al sur de Beaune se encuentran los grandes crus de vinos blancos.
Las variedades de prestigio en la Borgoña son exclusivamente dos: Pinot Noir para los vinos tintos y Chardonnay para los blancos. Existe un volumen de producción apreciable de otras dos variedades menos reputadas, una blanca y una tinta. La blanca es Aligote y la tinta Gamay, esta última casi es exclusiva en Beaujolais.
Como curiosidad contar que hay una finca con el derecho a elaborar vinos de Borgoña con la variedad Sauvignon Blanc en Saint Brix. La Melon de Borgoña, más conocida como muscadet, se utiliza en la AOC Mâcon Blanc y Crémant de Bourgogne.
La carretera que hay que coger es la D- 974 con dirección a Beaune. Esta muy bien señalizado y solo hay que tener cuidado de no meterse en la autopista (la A-31 ). Es muy fácil, cada poco hay carteles con el lema “Route de Grands Crus”. Solo hay que seguirlos. Los viñedos empiezan en Fixin, el primer pueblo con calificación. Los viñedos aparecen de repente y lo ocupan todo. A derecha y a izquierda hay un mar de viñas, perfectamente cuidadas. Pequeños troncos que salen de la tierra apoyados en espalderas. La morfología del terreno es siempre igual. Colinas de suaves pendientes, con algunos árboles en la cima, repletas de viñedo. Vas entrando en los pueblos míticos. Gevrey-Chambertin, Chambolie-Musingny, Morey-Sant Denis… pleno corazón de la Borgoña. Unos pocos kilómetros más y llegamos a Vougeot. En este pueblo se encuentra el Clos de Vugeot.
Clos en francés significa finca alrededor de la cual hay un muro. Es una parcela cercada. Evidentemente, no se puede ampliar. Muchos grandes crus están delimitados por muros de piedra. El Clos Vougeot es un claro ejemplo. Dentro del cercado hay 50.6 hectáreas, lo que la convierte en la mayor parcela con denominación Gran Cru de la Côte de Nuits, repartidas entre varios propietarios. Los límites actuales se fijaron en 1336 y no han variado desde entonces. Dentro hay dos castillos y una torre. Como es tan grande hay varias entradas. En cada entrada está el nombre de uno de los propietarios. Todos los vinos elaborados con uvas recogidas dentro del Clos tienen la AOC (como nuestras denominaciones de origen) Clos Vougeot. Son vinos míticos y caros y, debido a la cantidad de elaboradores, de dispar calidad.
Siguiendo la carretera llegamos a Vosne-Romanée. Aquí hay que desviarse y trepar por la colina. Subiendo casi a la cima puedes ver las suaves colinas llenas de viñas, muchas de ellas cercadas, descendiendo delicadamente hasta el valle, también lleno de viñas. Cada pequeña parcelita tiene su nombre escrito en un cartel con su extensión en hectáreas. Uno de estos muritos tiene un ominoso cartel. Más o menos dice: entendemos su derecho a usar estas carreteras y a estar aquí, pero no moleste mucho y sobre todo, bajo ninguna circunstancia entre en la viña. Hay una vieja cruz de piedra cubierta de musgo  en la puerta. Unos japoneses se hacen fotos al lado de la cruz. Una pequeña plaquita de piedra nos dice donde estamos: La Romanée Conti.
Nuits Saint Georges, Aloxe-Corton…en fin, miles de viñas agrupadas por las colinas, los valles, dentro de los pueblos. Merece la pena pasear por los pueblos semivacíos, sentir el mordiente frío, agacharse a ver esta tierra mágica.
Beaune es un bonito pueblo para pasar la tarde, cenar y quedarse a dormir. Hay multitud de “bar au vin” con una gran variedad de vinos por copas. Visita obligada es el Hotel de Dieu, antiguo hospital de indigentes hoy convertido en la gran atracción turística de Beaune después de los viñedos.
Una cosa más, no se sorprenda ni pida otro tipo de copa cuando la sirvan el vino en una copa de coñac. Desde siempre se ha utilizado en la zona este tipo de copa barrigona.
Terroarista