El Pago de los Capellanes

El descubrimiento de esta bodega fue absolutamente casual, estaba cenando en un pequeño restaurante en Almería, recien remodelado y como el sitio es estrecho una de las paredes tenia un vinilo que la cubria entera y daba una sensación superconseguida de profundidad. La foto elegida para lograr este efecto era esta: 

Despues de investigar que bodega era les solicitamos información para hacer la entrada que nos mandaron.

Pago de los Capellanes es una bodega familiar, propiedad del matrimonio formado por Paco Rodero y Conchita Villa. Paco es natural de Pedrosa, el pueblo donde está la bodega, pero su familia toda la vida había tenido viñedos, pero no bodega. Su familia emigró a Barcelona y no es hasta 1980 cuando él vuelve y poco a poco empiezan desde cero.

En el año 1996 el matrimonio formado por Paco Rodero y Conchita Villa deciden elaborar el fruto de sus viñas, deciden hacer su Bodega. Lo primero fue buscar una buena ubicación. Observaron un grupo de ocho nogales centenarios situados en un rectángulo, en un lugar estratégico, dentro del Pago donde están las viñas y a un kilómetro del Pueblo de Pedrosa de Duero. El concepto fue hacer las edificaciones bordeando estos nogales y dejándolos en el centro a modo de claustro.

La totalidad de la bodega se integra en el paisaje natural que lo envuelve a través de un continuo y fluido manto de hiedra, enriquecido con la majestuosidad de los nogales centenarios.

En 1996 se hizo el primer edificio para albergar los depósitos de Fermentación y hacer la vendimia. La bodega de Elaboración, lejos de quedar en el olvido, se amplió años después para dar capacidad al volumen actual de producción. De forma que el esperado momento de entrada y selección de la uva se produce desde el principio en el mismo punto de la bodega, quedando éste como referencia del inicio de cada añada.

Un ingeniero de Logroño diseñó y realizaron este primer edificio siguiendo la línea tradicional. Lo situaron al oeste del rectángulo que marcan los nogales.

Tres años después  empezó una ampliación muy significativa que supuso una apuesta tanto a nivel de volumen de producto como a nivel arquitectónico. 

En el año 1999 se decidió ir avanzando en el proyecto. Pensaron que estaban a tiempo de dar un giro de 180º en el estilo arquitectónico y así lo hicieron. Querían hacer una Bodega a su estilo y acorde con los nuevos tiempos.

Encargaron la construcción al arquitecto, Jesús Manzanares. Ese año empezó a proyectar con la colaboración de la hija del matrimonio, Estefanía Rodero que también es arquitecta, los sucesivos edificios que hoy conforman el complejo de la bodega y que culminaron en el año 2010. El conjunto de la bodega tiene 8.000 metros cuadrados construidos, a la nave ya mencionada se le van añadiendo los sucesivos edificios.

El primer paso de esta nueva fase fue la bodega de Crianza. Situada al norte del patio y a diez metros bajo tierra, es el lugar donde los vinos reposan y maduran dentro de las barricas. La estructura de arcos de hormigón visto hace que entremos en la dimensión de respeto y calma que caracteriza la crianza de los vinos, asemeja los grandes templos, consiguiendo un efecto de profundidad y grandeza. Su visita es impresionate la sucesión de arcos de hormigón visto crean una gran perspectiva.

El segundo paso fue la bodega de Expedición y Embotellado de los vinos, en el lado este del patio. Se hizo un ejercicio de mímesis con el entorno próximo, la característica forma de la Cuesta Manvirgo inspiró las líneas trapezoidales del nuevo edificio.

 

En el 2010 se completa el conjunto con el Edificio Social. Concebido como elemento de unión entre las diferentes partes, aparece en el lado norte del patio, encima de la bodega de crianza, una figura apaisada y pura. Aquí se llevan a cabo las funciones propias de acogida, visita y relaciones humanas. Se trata de un espacio diáfano muy espacioso con grandes cristaleras desde donde se contemplan las viñas y el majestuoso paisaje hasta que perdemos la vista allá en el horizonte. Alberga la recepción, tienda de vinos, sala de audio, sala de catas y oficinas, todo con espectaculares vistas.   

 
Nos queda recoemndar la visita y agradecer el trato recibido en la visita  a la bodega. ¡¡Gracias!!
 
Colaborador 2

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